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Los médicos del hospital de Basurto denuncian las deficiencias del centro

A la protesta de los médicos de la residencia sanitaria Enrique Sotomayor de Cruces (Baracaldo) por la precaria situación en que se encuentra la misma, hay que unir ahora la denuncia que en el mismo sentido ha hecho pública la comisión estamentaria tripartita -médicos, adjuntos y MIR- del hospital civil de Basurto, de Bilbao. Entre ambos centros -los dos únicos de carácter público en Vizcaya-, absorben en la actualidad a 2.600 enfermos.El equipo de médicos del hospital civil de Vizcaya antes citado, ha informado de las deficiencia de asistencia sanitaria y cuidado al enfermo que vienen produciéndose en el centro, a consecuencia, fundamentalmente, de la falta de espacio, instalaciones y personal médico necesario.

El hospital de Basurto, construido en 1910 ha quedado sobrepasado en cuanto a su infraestructura hace ya varios años. Sus pabellones, realizados con planteamientos sanitarios hoy superados -techos altos y escasa luminosidad- están viejos y bastante deteriorados. En su interior los enfermos son atendidos sin las condiciones sanitarias precisas Una falta de inversiones ha hecho imposible la ampliación del centro y la modernización de sus instalaciones y equipos.

En 1967 un grupo de arquitectos de la Seguridad Social declaró al hospital civil inadecuado para una asistencia eficaz. Desde entonces -denuncian los médicos del centro- poco o nada se ha hecho para paliar sus deficiencias estructurales y asistenciales.

El hospital civil de Basurto, que cuenta hoy con un equipo de especialistas de reconocido prestigio y preparación, carece sin embargo del estandard asistencial preciso. En la actualidad hay en el centro 1.200 trabajadores sanitarios (109 médicos especialistas y 131 postgraduados), con lo que el índice de personal por cama es de 1,04 y de 0,21 el de médico-cama. Al igual que ocurre en la residencia sanitaria de Cruces, el pluriempleo está generalizado.

Los males que aquejan al hospital civil de Bilbao parecen, sin embargo, difíciles de atajar. A la falta de inversiones hay que unir hoy la amenaza de la piqueta para dentro de tres años que ha hecho la actual Corporación municipal y la paralización de las obras -por falta de inversión también- del nuevo hospital clínico de Lejona (junto a la Universidad) que aliviaría bastante la situación del viejo centro.

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