Es demasiado
Ya decíamos la semana pasada que el panorama bursátil estaba cambiando. Sin embargo, lo que ha ocurrido en las dos últimas sesiones de ésta ya es demasiado, «too much», como dicen los pasotas. Una subida de 8,519 puntos en cuatro jornadas y una de 3,99 en un solo día (lo no visto desde 1973) revelan una gran exageración, por más que haya habido algunas per chas en que apoyarse. A los facto res que venían perfilándose las últimas semanas, y que ya estaban dando una fuerte consistencia al fondo de la baja, se han añadido los siguientes: un Primero de Mayo pacífico, en el que las centrales sindicales han demostrado su madurez; un Plan Energético Nacional que el Gobierno ha remitido a las Cortes, sin atisbo alguno de las rumoreadas nacionalizaciones; y, por último, la derrota del artículo noveno del texto de la ponencia de la ley de Acción Sindical, por la que se descarta cualquier control o intervención obrera, a contrapelo de las legislaciones occidentales más avanzadas y del estatuto de la sociedad anónima que prepara la Comunidad Económica Europea.
Estas razones y alguna más, como el dato positivo sobre la evolución del coste de vida en marzo, han producido la euforia reinante, que no tenía visos de remitir al cierre del viernes. Sin embargo, y sin afán de aguafiestas, no deben sacarse conclusiones falsas. Si antes los cambios estaban infravalorados, de seguir con estas alegrías (y no detectamos el dinero de provincias que se dice), caeremos en el extremo contrario, engañando (o desengañando) otra vez al gran público.
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