El fiscal general del reino
Resulta muy sorprendente la actitud del señor fiscal general del reino en relación con el caso del fiscal señor Chamorro.Primeramente, da lugar a un expediente por la intervención del señor Chamorro en RTVE, sin permiso previo de la Fiscalía General del Reino. Y en una democracia, en la que dicen nos encontramos y de la que confiesa ser el principal artífice el partido UCD que ha llevado a su cargo al actual fiscal general del reino, surge inmediatamente esta pregunta: Si la letra de muchas disposiciones vigentes jurídicamente no se aplica, por respeto al espíritu de las mismas; en contradicción o en conforme interpretación con el superior espíritu democrático interpretativo de hoy, ¿por qué razón el señor fiscal general del reino se muestra tan celoso en aplicar la letra de una disposición disciplinaria tan en conflicto con el sentido democráfico? Sobre todo, ante el hecho de un instructor que decide enjuiciar «sin cargos» la conducta del fiscal Chamorro en RTVE, ¿por qué insiste el fiscal general del reino en presentar un pliego de cargos contra el fiscal Chamorro?
Esta reincidente postura del fiscal general contra el fiscal Chamorro induce a otra serie de preguntas, que sería interesante que el fiscal general del reino en una democracia se dignase contestar:
¿Es una disposición disciplinar: la letra es un absoluto por encima del espíritu de su interpretación, que debe responder a un criterio democrático de interpretación?
¿O es tan absoluta e infalible la titulación y actuación del fiscal general del reino, que a la hora de creerse obligado a tomar una decisión disciplinar, no cuentan para nada como elementos de juicio interpretativo las opiniones de tantos magistrados, fiscales, jueces, abogados..., que se han solidarizado con el fiscal Chamorro, juzgando improcedente el expediente promovido contra el fiscal Chamorro?
¿Es que un fiscal no puede opinar sobre la justicia, sobre su aplicación según su leal saber y entender en una sociedad democrática, si sus juicios no coinciden con los de la Fiscalía General del Reino?
En el fondo subyacen ante este caso tremendas y radicales dudas sobre si es imaginable una democracia dentro de una dictadura del espíritu.
