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Debate energético en el Parlamento alemán

El Parlamento de la República Federal de Alemania ha iniciado un nuevo debate sobre un plan energético, orientado a prever «lo que parece una crisis inevitable para antes de los diez años próximos».

Este segundo debate sobre el mismo tema en menos de un año ha reflejado, por el momento, que los puntos de coincidencia entre partidos del Gobierno y oposición son más que los divergentes. Aunque los social-liberales insisten en que debe fomentarse en lo posible la energía térmica derivada del carbón, no por ello debe marginarse un plan de construcciones nucleares. Sin embargo, la coincidencia del Parlamento en cuanto a los objetivos y a la brevedad del plazo para reactualizar el «programa atómico», frenado últimamente por reacciones populares y sentencias de algunos tribunales contra determinados proyectos de creación de algunas factorías atómicas, lucha con una realidad: no existen garantías de seguridad para la población en caso de que una central nuclear pudiese quedar destruida por una intervención bélica o terrorista, o por un fallo grave en sus sistemas. Según el boletín Umwelt del Ministerio del Interior, dedicado a temas de medio ambiente, en el caso de que actúe una de estas causas, solamente quedaría al abrigo de una catástrofe un radio de veinticinco kilómetros en torno a cada central, zona esta que protegerían una serie de medidas destinadas a evitar los efectos de la destrucción de la central en cuestión. Lo que el boletín oficial no especifica es cómo puede evitar la población alemana quedar contaminada por «fugas» nucleares hacia zonas no protegidas. Dado que, en la actualidad, no es frecuente la localización de núcleos habitados a veinticinco kilómetros de una central, y que no existen aún medidas concretas para luchar contra la contaminación, los ecologistas insisten en que no se han dado aún los primeros pasos hacia un sistema de garantías para la población que permitan a los políticos proceder a ampliar el programa nuclear. La oposición democristiana, que ya ha insistido en el nuevo debate que cualquier medida de ahorro energético no eliminará por sí solo el problema de aprovisionamiento en el futuro, teme sin embargo que un enfrentamiento excesivamente radical con la tesis del Gobierno -para el que deben buscarse estas «seguridades», al menos sobre el papel- significaría un retroceso en la confianza del electorado en las próximas elecciones regionales, a las que también concurren por primera vez opciones ecologistas. En el caso de Hamburgo, la «lista verde» incluye candidatos de diversas opciones políticas de izquierda y ciudadanos independientes. Esta posibilidad -la de orientación de una buena parte de los votos hacia la nueva opción- ha llevado a social-liberales y democristianos a reclamar conjuntamente a ciudadanos y empresas un ahorro drástico en el consumo energético.

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