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Enfrentamiento en el Parlamento portugués por los incidentes de las Azores

Normalizada en parte la situación en Ponta Delgada (Azores), donde el ambiente sigue siendo tenso, el enfrentamiento saltó ayer al Parlamento. en el que los socialistas y socialdemócratas portugueses intercambiaron acusaciones en términos muchas veces agresivos.

La intervención del diputado socialista de Ponta Delgada levantó una tempestad de protestas en los bancos del PSD cuando el parlamentario aseguró que existía en la capital de las Azores una «situación de bandidismo organizado, que actúa desde hace años con la más completa impunidad». Añadió que numerosas personas, en particular cuadros y técnicos socialistas, habían abandonado el ,archipiélago o se preparaban a hacerlo porque no se sentían en seguridad.

Moura Guedes, en nombre del PSD, replicó que «los acontecimientos de las Azores están siendo exagerados por objetivos políticos» y que las afirmaciones del ministro Almeida Santos significaban «un insulto para el pueblo de las Azores».

Origen de los incidentes

Los incidentes registrados en la capital del archipiélago el jueves pasado han contribuido a agravar el contencioso entre los Gobiernos central y regional además de envenenar aún más las relaciones entre socialistas y socialdemócratas.Los enfrentamientos, que provocaron dieciocho heridos leves, entre ellos dos agentes de policía, fueron motivados por la presencia en Ponta Delgada de una fuerza de intervención de 150 hombres de la Policía de Seguridad, encargada de ayudar a mantener el orden público después de la agresión sufrida el sábado pasado por el ministro Almeida Santos.

Miembros de dicha fuerza cayeron en una auténtica emboscada, con explosión de una bomba, segunda de un tiroteo. Se generó así un enfrentamiento entre un centenar de manifestantes y las fuerzas del orden que cargaron para dispersarlos.

Intervención «ilegal»

El Gobierno regional ha declarado «iIegal» la intervención de Lisboa, reclamando para sí la competencia exclusiva de mantener el orden público en la región, y ordenó a la fuerza metropolitana permanecer acuartelada en una unidad militar hasta su regreso al continente.Para el jefe del ejecutivo regional. Mota Amaral, que se encuentra en Lisboa, la presencia de policías metropolitanos puede «tener consecuencias imprevisibles» y provocar una «escalada represiva».

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