El Gobierno sólo tiene las grandes directrices del plan de reestructuración naval
Una vez que el Gobierno haya solucionado el problema planteado por la crisis de la industria siderúrgica integral española, la reestructuración del sector naval será el próximo tema que se piensa abordar en el Ministerio de Industria. En la actualidad, no existe ningún tipo de medida concreta y sí multitud de proyectos sobre las medidas que cabrían adoptar para solucionar el acuciante problema que se está planteando a los astilleros. Aunque las medidas en este sector parecen estar más claras, debido a que las posibilidades de relanzamiento a medio plazo son menores que en otros sectores, la gran dificultad parece residir en la negociación del plan, y no con los empresarios -que en el caso del sector naval es el Estado en su mayoría-, sino con los trabajadores, que serán los más afectados por las medidas.
En opinión de los constructores navales y según refleja el boletín de Construnaves, el paso de los meses sin adoptar soluciones no hace sino agravar el problema y hacer más difícil su solución. En este sentido, cabe señalar que la cartera de pedidos al comienzo del segundo trimestre apenas supera el millón y medio de toneladas de registro bruto (TRB), si se descuentan aquellas unidades ya terminadas, pero con dificultades de entrega. «Con tan escasa cartera -señalan los constructores- la situación en gran número de factorías es muy grave. Ocho de ellas tienen en avanzado estado de fabricación, a flote en algunos casos, su última contratación en firme, lo que implica una paralización actual del orden del 60 % de su plantilla como promedio.»Los constructores navales se quejan de que los actuales condicionantes de la financiación interior mantienen prácticamente paralizada la demanda nacional. y en el mercado de exportación las tímidas medidas globales de estímulo anunciadas son insuficientes para la construcción naval. Por su parte fuentes gubernamentales han señalado a EL PAÍS la imposibilidad de mejorar la financiación a la exportación ya que una medida en este sentido resultaría ruinosa.
Aunque hasta el momento, se desconocen las medidas concretas que la Administración proyecta para el sector naval, ya que no están ultimadas, la filosofía imperante es que existe un exceso de oferta a largo plazo producto de una sobresaturación del mercado y cuyas soluciones, tanto de cierre de factorías como de reducción de plantillas, no parece posible que puedan ser adoptadas si no existen posibilidades para colocar la mano de obra excedentaria. ya que la mayor paralización se deberá producir en zonas con graves problemas de desempleo, como son Galicia, País Vasco y Cádiz. El problema en este primer punto básico parece residir en la absorción de la mano de obra excedentaria, hecho este que no parece tener soluciones a corto plazo.
De acuerdo con las fuentes utilizadas por EL PAÍS, todo parece indicar que la reestructuración de la Marina Mercante española tanto pública como privada, así como la construcción de buques para la Armada española, pueden ser factores decisivos para retrasar en la medida que esto sea posible la adopción de medidas drásticas y perjudiciales para la mano de obra empleada por el sector.
En este sentido, la contratación de buques mercantes por la Empresa Nacional Elcano, puede ayudar a mantener un importante nivel de actividad en algunos astilleros. Así lo hizo constar el ex presidente del Instituto Nacional de Industria. Francisco Giménez Torres días pasados. Cabe, igualmente, pensar que una reestructuración a fondo de nuestra flota mercante privada sería otro factor importante con el que juega el Gobierno para apoyar a la actividad naval. En cualquier caso se desconoce esta reforma de la Marina Mercante y qué medidas piensa adoptar el Gobierno para llevarla a cabo, por lo que puede ser aventurado anunciar qué incidencia puede tener en el sector de la construcción naval.
Por lo que respecta a un potenciarrilento de la Armada española, ésta es una política que parece estar clara en el Gobierno, si bien su única incidencia la tendría en los astilleros de la empresa nacional Bazán, que es la encargada de la construcción de buques de guerra.
Dentro de esta política de principios en que se encuentran los responsables del sector naval nacional, un punto parece estar claro, como es el de buscar nuevas fórmulas para la construcción naval, fórmulas que en otros países -caso del Japón- ya se están poniendo en práctica y que van desde la construcción de plataformas petrolíferas a la de plantas industriales flotantes.
En este sentido, todo parece indicar que el Gobierno está reconsiderando una importante operación que la compañía española Crinavis ha montado en Irán con objeto de vender gas natural de este país a sociedades americanas que comercializan este producto en Estados Unidos.
Esta fórmula, que fue rechazada por un Consejo de Ministros a finales del pasado año, puede ser estudiada nuevamente y decidida de forma afirmativa. El valor total de la operación se ha reducido sensiblemente, y la gran dificultad que suponía el asegurar la operación puede ser superada próximamente.
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