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Pocos cambios en el nuevo Gobierno francés

Esta mañana se reunirá por primera vez en el palacio presidencial del Elíseo el tercer Gabinete Barre, cuya composición se conoció a primeras horas de la noche de ayer. La continuidad, la estabilidad y el giscardismo caracterizan el nuevo equipo, integrado por diecinueve ministros, contra los quince del anterior.

La apertura política y la renovación de los hombres, evocadas tras los comicios legislativos del último mes de marzo, no se han realizado. Quizá haya alguna novedad este jueves, cuando sean nombrados los secretarios de Estado. El nuevo Gobierno, «eficaz y no sensacional», según calificación del portavoz presidencial, se ha formado pensando especialmente en la necesidad de continuar la política de enderezamiento económico. En estos mismos términos se manifestó anoche el primer ministro, Raymond Barre, tras la publicación de su Gabinete.

Por lo que se refiere a los hombres, sólo uno es realmente nuevo: el ministro de Industria, André Giraud, que ocupaba el puesto de director general del Comisariado de Energía Atómica. Todos los demás, o ya formaban parte del Gobierno anterior o han sido titulares de carteras ministeriales en alguna ocasión.

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Giscard se inclina a corto plazo por la continuidad

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El ministro del Interior, Christian Bonnet; el de Justicia, Alain Peyrefitte; el de Cooperación, Robert Galley; el de Agricultura, Pierre Mehaignerie; el de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud; el de Defensa, Yvon Bourges; así como las ministras de la Salud y de las Universidades, Simone Veil y Alice Saunier Saite, continúan como titulares de las mismas carteras.

Un antiguo secretario de Estado y hasta ayer secretario general del Partido Republicano (PR), Jean Pierre Soisson, será el nuevo ministro de los Deportes. El que fue portavoz del presidente, Jean Philippe Lecat, es titular del Ministerio de la Cultura y de la Comunicación. El antiguo embajador de Francia en España y ex secretario de Estado de Exteriores, Jean Francois Deniau, fue promocionado a ministro de Comercio Exterior, de la misma forma que otro ex secretario de Estado, Jacques Barrot, es el nuevo ministro de Comercio. Michel d'Ornano abandonó la Cultura para encargarse del Ministerio del Medio Ambiente. Christian Beullac, que era ministro de Trabajo, ha pasado a Educación y se ha hecho cargo de su antigua cartera Robert Boulin, que ocupaba las Finanzas. Este Ministerio se llamará de Trabajo y Participación, noción sensible a los gaullistas. La cartera de Transportes fue atribuida a Joel le Teule, que ya había ocupado puestos ministeriales.

En materia de reforma de estructuras gubernamentales se ha producido una solamente, que era reclamada por la oposición de izquierdas. El Ministerio de Finanzas, que acumulaba el primer ministro, se ha dividido en dos: Economía, que dirigirá el ex ministro de Industria, Rene Monory, y Presupuesto, cartera ofrecida a Maurice Papón, nuevo ministro, pero bregado en puestos de responsabilidad económica gubernamental.

Doce de los diecinueve ministros son giscardianos, contra siete gaullistas. Entre los primeros, la mayoría son hombres que los observadores no dudan en calificar de «presidenciales ». Todo parece indicar que el señor Giscard d'Estaing, sabiendo que le favorece la relación de fuerzas políticas poselectoral, está dispuesto a operar tal como él lo entiende para continuar la misma política económica y sin precipitarse en materia de apertura o de reformas. De momento, aunque las críticas no faltarán, todas las cartas son suyas.

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