Las asociaciones agrarias, recias a secundar el boicot de la Coordinadora

A pesar del llamamiento de la Coordinadora, de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos, en el sentido de no reconocer la validez de las próximas elecciones a Cámaras Agrarias y no presentar candidaturas a nivel estatal, parece que todas las organizaciones integradas en su seno sí van a concurrir a los comicios.La única postura abiertamente contraria a la presentación es la sustentada por Aragón, a la que pudiera unirse Rioja y posiblemente La Mancha, todavía pendientes de decisión definitiva. En Cataluña, la Unió de Pagesos ha adoptado una postura no unitaria, de modo que en determinadas demarcaciones se votó la presentación de candidaturas, mientras en otras se mantienen opciones contrarias a la participación, con predominio de los primeros.

Las asociaciones de Navarra, León, Valencia, Alava y Extremadura, por el momento, mantienen su decisión de acudir a las elecciones, y en todas ellas se trabaja activamente en la confección de candidaturas y preparación de los comicios.

En Galicia y Euskadi, donde la Coordinadora tiene una menor implantación, las asociaciones integradas han decidido de modo tácito su participación, esperándose se consolide concretamente en los próximos días.

Al margen de la Coordinadora, todas las demás organizaciones campesinas a nivel estatal, regional y comarcal mantienen su decisión de acudir a la convocatoria, aunque todas formulan reparos al decreto regulador con diverso énfasis.

En medios de la Administración, consultados por EL PAIS a última hora de la noche de ayer, se tenía la impresión de que la postura boicoteadora iba a tener escaso eco, aunque existía preocupación por las consecuencias de una desmembración de posturas a nivel estatal que puede plantear innumerables problemas de representatividad operativa en las negociaciones que necesariamente deban ser desarrolladas a nivel de todas las comarcas.

Las mismas fuentes reafirmaron el deseo de los organismos competentes de que se alcance una clarificación del panorama de representación sindical en el campo y, al mismo tiempo, el temor de que pueda producirse un notable grado de abstencionismo que complique todavía más el esquema representativo.