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Entrevista con Jesús Haddad

«(...)-Qué ha ocurrido en Carabanchel?-Pues un hecho muy triste y muy lamentable, como es siempre la muerte de un hombre. No creo que haya nadie en el mundo que pueda lamentarlo más que yo.

-¿Usted lloró en Carabanchel?

-Pues no lo sé, no creo. Pero lo sentí tanto que hubiera podido ocurrir. Tenga en cuenta que estos hechos se producen justo en el momento en que se había conseguido restablecer un cierto clima de normalidad, tras todo un año de conflictos. Y justo cuando estábamos trabajando a velocidad de vértigo en el proyecto de reforma penitenciaria. Es natural que yo sienta desesperación, rabia e impotencia ante unos hechos que pueden suponer, indudablemente, una tremenda regresión en todos nuestros planteamientos reformistas. Para mí, esto ha sido un verdadero hachazo.

-Un hachazo suficiente mente fuerte como para dimitir...

-Estuve a punto de hacerlo, pero no dimití. El hacerlo hubiera supuesto por mi parte la aceptación de una responsabilidad en lo ocurrido.

-¿Y no la ha habido? De alguna manera, los hechos se han producido en esta casa, en esta Dirección General...

-No, perdone. Los hechos no se han producido en esta casa. Los lamentables sucesos de Carabanchel se encuentran en el lado opuesto a todo lo que yo creo y practico. Si lo que ha ocurrido hubiera puesto en evidencia las directrices marcadas por mí, yo hubiera dimitido formal y materialmente. Pero creo que estas directrices, es decir, el diálogo continuo, el contacto permanente con los reclusos y nunca la violencia son, precisamente, la salida a muchos de los problemas actuales de la institución penitenciaria española. Sé positivamente que lo que ha demostrado su fracaso no es m¡ gestión, sino el sistema anterior (...).

(...)- ¿Cuántos funcionarios más va a verse usted obligado a cesar para clarificar el panorama carcelario español dentro de un proceso democratizador?

-Pues no lo sé. Ese es un futurible muy inmediato, pero no lo sé. Lo que sí es evidente es que en ningún puesto de responsabilidad habrá ningún funcionario que no esté totalmente identificado con la línea de actuación que esta Dirección General marque en cada momento.

-¿Va usted a romper entonces con la política de sus antecesores, caracterizada por el cese de aquellos elementos más significadamente reaccionarios a una posible democratización carcelaria, cese que era seguido por un inmediato ascenso en el escalafón?

-No. Yo no voy a romper nada. Yo voy a llevar a efecto la política que creo requiere una sociedad democrática como la española actual. Y partiendo de que entiendo que el preso no tiene más pena que la de privación de libertad. No hay por qué aumentar esta pena de ningún modo.»

29 marzo

(Entrevista concedida cuarenta horas antes de ser asesinado)

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