Desarticulada una organización portuguesa dedicada a la prostitución

Siete súbditas portuguesas fueron detenidas por la policía, acusadas de prostitución, proxenetismo, paso clandestino de fronteras, falsificación de documentos, coacciones, tráfico y consumo de marihuana e indocumentación.Según la acusación, seis de las detenidas eran explotadas por Elia María Márquez, de 31 años, natural de Mozambique, y que, ante sus supuestasprotegidas, se hacía pasar por hombre. Con el nombre y pasaporte de un primo suyo, Leonardo Fernández David, dirigió, según parece, el paso clandestino de la frontera y la colocación en dos clubs de Ana Luisa Cardoso, de 35 años; Susana Humberto-Sacadura, de veinticuatro años; María Teresa da Silva, de veintitrés años; Irene da Conceigao Baptista Oliveira, de veinte años; María Emilia Ribeiro, de veinticuatro años, e Isabel Marina Gómez, de veintitrés años.

Tanto la presunta organizadora, que hacfa creer que estaba casada con Ana Luisa Cardoso, como otras tres de las citadas, fueron detenídas en Madrid, ya que trabajaban en el club Dundill, de la calle del Doctor Fleming. Las tres últimas de la citada relación trabajaban, al parecer, en el club Los Cabales, de Barcelona.

La identidad de Elia María Márquez, según fuentes policiales, era tan real que tuvo que ser examinada por los servicios médicos de la Dirección General de Seguridad, que certificaron que se trataba de una mujer. En la prisión de mujeres a donde fue trasladada, las otras acusadas descubrieron que el supuesto protector era una mujer. Al parecer, ésta cobraba a las seis portuguesas una cantidad de 3.000 pesetas diarias en concepto de alojamiento y protección, además de una cantidad para sus gastos.

En poder de las acusadas fueron encontrados varios pasaportes de distintas personas, cuya posesión no supieron explicar, así como cierta cantidad de marihuana, según la acusación, para su consumo.

Descarrila el Metro en Vallecas

Sobre las 8,05 de la mañana de ayer, y en al andén de la estación de Vallecas con dirección a Sol, se notó que al frenar uno de los convoyes se había producido el descarrilamiento del último vagón. Avisado el jefe de estación, fue suspendido el servicio entre las estaciones de Pacífico y Portazgo, desde la citada hora hasta las 10.30, en que se restableció el tránsito normal.

En el descarrilamiento del citado tren, número dieciocho, no se produjo ninguna desgracia personal, a pesar de que en ese momento el convoy, compuesto por seis vagones, iba lleno de viajeros.