La prensa española se enfrenta a su propia renovación

«La nueva situación de un mayor reconocimiento de la libertad de expresión en España se enfrenta con un triple reto: la reestructuración, modernización y racionalización empresarial; el afincamiento del autocontrol profesional con el reconocimiento explícito de la cláusula de conciencia, el secreto profesional y las sociedades de redactores, y la renovación formal del lenguaje y de los temas periodísticos, que implicaría una elevada dosis de creatividad y experimentación.»Este es, en síntesis, el análisis que sobre la prensa española en la actual situación realizó el periodista Pedro J. Ramírez, redactor de ABC y destacado comentarista político, en el transcurso de una conferencia que pronunció el jueves en el Club del Sable, de Madrid, sobre el tema La prensa española ante un triple reto democrático.

El conferenciante defendió la tesis de que la prensa española, que acaba de desprenderse de la mordaza que la ha atenazado durante cuarenta años de dictadura, se está acercando, a la consecución de un status parecido al que goza el resto de la prensa europea occidental «aunque todavía tiene que librar batallas decisivas hasta conseguir el máximo acercamiento posible a la auténtica libertad de prensa».

Es muy necesaria en estos momentos, según Pedro J. Ramírez, la reestructuración del sector empresarial periodístico, que en lo económico necesita la ayuda del Estado y en lo periodístico se verá obligado a una necesaria concentración de cabeceras (en Madrid sólo habría espacio sociológico y periodístico para cuatro grandes diarios: uno conservador, el ABC o el Ya; otro progresista, EL PAÍS; uno de izquierda (socialista-comunista) y un periódico popular, que podría ser cubierto por alguno de los actuales o por otro nuevo.

Los nuevos cambios deberían introducirse siempre en un clima de libertad auténtica de expresión «porque es preferible soportar ciertos abusos propios de una época inestable a que esta libertad no exista a causa de las restricciones del poder».