"Llevamos más de un siglo luchando por los derechos humanos"
«Aunque el problema tendrá que resolverlo el Estado español, la Bnai B'rith hará lo posible para favorecer la normalización diplomática entre España e Israel», dijo David Blumberg, presidente mundial de la Bnai B'rith, organización internacional judía para la defensa de los derechos humanos, en el transcurso de una rueda de prensa en la que se presentaba esta organización, recientemente legalizada en España, a la opinión pública. El presidente mundial de la organización fue presentado por Max Mazim, presidente, a su vez, de la sección Maimónides, nombre que toma la sección española de la Bnai B'rith. Le acompañaban el vicepresidente, señor Thursz, y las altas autoridades de la sección europea, señores Domherguer y Kaufmann, además del vicepresidente inglés, señor Kingsley.
«Los fines de la Bnai B'rith están en la defensa de los derechos humanos, tarea a la que se dedica desde 1843, en que fue fundada», dijo su presidente. «En este sentido, está representada ante las Naciones Unidas y también ante el Consejo de Europa y otros organismos no gubernamentales. En este momento, especialmente, su tarea está en trabajar cara a la juventud, y, en concreto, cara a los jóvenes judíos de todo el mundo, para tratar de hacer de ellos ciudadanos dignos a todos los niveles y buenos judíos.»Preguntado por las posibilidades de intervención en los asuntos políticos y económicos españoles, el presidente, algo irritado, dijo:
«Nosotros no vamos a invertir nada, porque esa no es nuestra función. La organización judía para la defensa de los derechos humanos está para eso, para la defensa de los derechos humanos, y no sólo de los derechos de los judíos, sino de todos cuantos los tengan en peligro, sea cual sea su condición. Por supuesto, la normalización de la confesión judía en España favorecerá el natural interés de muchos judíos de todo el mundo por este país, vendrán y de algún modo se favorecerá el turismo. Los contactos personales -siguió el presidente- traerán, además, negocios, pero eso no quiere decir que la Bnai B'rith sea quien invierte. Esta organización, como tal, está desvinculada de cualquier interés económico.»
«Para ser miembro de la Bnai B'rith -dijo el presidente, contestando a otra pregunta- es necesario ser mayor de dieciocho años, de fe judía y de moralidad probada.» «Los miembros -dijo después- han de ser judíos, porque esta es una organización judía, como hay otras católicas o de cualquier otra creencia. En cambio, en el objeto de la asociación, como en el de otras con las que mantiene excelentes relaciones, entra la defensa de los hombres, entendiendo la humanidad como un todo, y sin distinciones.»
«Nosotros aportamos -dijo en otro momento- el recuerdo de un pueblo que quiere conservar su identidad y que sabe mucho de sufrimientos y persecución. Por supuesto que entre nuestras tareas está la denuncia del antisemitismo, que en este momento resurge junto a los movimientos neonazis, y también entre determinada izquierda con su centro ideológico en Moscú.»
Max Mazin, presidente de la sección española y uno de los seis vicepresidentes de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), puntualizó, ante una pregunta de EL PAÍS, que la sección española «no va a dirigir a los jóvenes judíos a ninguna creencia social o política. Mi vinculación al sistema de libre empresa no obliga en absoluto a los miembros de la BB, que pueden ser socialistas o lo que crean en conciencia».
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