Duro informe sobre la cárcel Modelo de Barcelona
La coalición senatorial Entesa dels Catalans ha hecho público un informe sobre la cárcel Modelo de Barcelona que ha sido elaborado por la comisión especial de encuestas formada por senadores de este grupo.El informe, que consta de más de diez folios, incluye una amplia descripción de la situación material de la cárcel -temperatura, comedores, alimentación, higiene, trabajo, sanidad, información y asistencia psiquiátrica-, un análisis de la problemática actual del centro -relaciones presos-funcionarios- dirección- y unas conclusiones sobre la influencia que las características del centro ejercen en la actitud de los presos, ya sea dentro de la misma cárcel o en la calle, una vez que son puestos en libertad.
El primer apartado del informe se reduce a evaluar la situación general de la cárcel Modelo. Construida en el siglo XIX, concebida para atender las detenciones de una ciudad con una población mucho menor que la actual, la única condición que cumple actualmente es la de seguridad, es decir, aislar los presos del mundo circundante y evitar cualquier posible fuga.
Sobre las condiciones materiales del centro penitenciario, el informe señala la nula protección contra el frío y el calor, potenciados por la propia arquitectura del interior de la cárcel, la inexistencia de comedores, que obliga a los presos a comer en las propias celdas, utilizando, a veces, la taza del water como mesa, con la consiguiente humillación humana y degradación psicológica de los detenidos. Por otra parte, no hay espacio para la construcción de comedores, ya que la cárcel, planeada para seiscientos reclusos, alberga en la actualidad a casi novecientos.
En el capítulo de higiene se resalta la poca ventilación de las celdas, el alto grado de humedad, la falta de limpieza -insuficiente fumigación, falta de raticida, con la consiguiente abundancia de roedores y parásitos- acumulación excesiva de presos por celda y la situación del water de la misma.
El informe denuncia el sistema de explotación que rige el trabajo de los talleres de la prisión, con sueldos muy bajos, trabajo a destajo, falta de seguridad social y ausencia de monitores.
En el aspecto sanitario resalta la precariedad de los servicios médicos -tres médicos y dos practicantes-, así como la deficiencia de los equipos médicos.
Estas deficiencias, según el informe, inciden en la problemática de la cárcel Modelo. La rebeldía de los presos «no tiene como origen una manipulación -se dice en el informe- de los mismos por la Copel, ni una reacción desesperada y reivindicativa de los mismos ante el indulto concedido a los políticos, sino una toma de conciencia de la dignidad humana que subsiste en cada recluso, un descubrimiento de los orígenes socioeconómicos de una gran parte de sus hechos delictivos, y un concepto muy asumido del hecho de la marginación social de la vida carcelaria y del ex preso, en el momento de recobrar la libertad».
Ante la problemática, existen dos grupos de funcionarios: los habituados a una actitud coercitiva y los que quieren tener una actitud dialogante. También los presos están divididos en tres grandes corrientes: los influenciados por la Copel, los que están contra la Copel -enchufados, delatores,... y cierta organización de tipo mafia que aprovecha la situación carcelaria para montar pequeños negocios.
En las conclusiones del informe se indica que la Administración ha mostrado una incapacidad para asumir un problema y que «no ha hecho nada para variar una situación en la que los presos se habían colocado con sus reivindicaciones».
«La conclusión principal de este informe -se indica al final del mismo- es la de hacer una rápida reforma de la vida material en las cárceles, de la filosofía del sistema penitenciario, del reglamento de prisiones, una reconversión de la mentalidad del cuerpo de funcionarios, la creación de servicios especializados de rehabilitación y de una asistencia poscarcelaria. Y, a nivel jurídico, la reforma del Código Penal. »
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.