Los que se quedan
La aventura de España en el Campeonato Mundial de Argentina puede ser rentable sólo con que se pase del grupo previo de clasificación. La Federacion, que ya sacó pecho en Belgrado, tras el gol afortunado de Rubén Cano -aunque el empate bastaba-, volvería a hacerlo si eso sucediera.Los que quizá no tengan aire para hinchar nada en esas fechas veraniegas serán una gran mayoría de clubs. Para ellos, que en los momentos de la «batalla de Belgrado» quizá llegaron a alegrarse por la clasificación, comenzaba un calvario. Precisamente en una temporada de crisis económica inevitable, encima venía un Mundial a hacerles polvo.
Se levantaron de la primera cuenta de protección al revocar lo que alegremente habían aprobado -sin tener ni idea de lo que podía suceder- en la rimbombante asamblea de julio-77. Al menos la Liga seguiría los domingos y las entradas de taquilla no se resentirían.
Pero el KO definitivo ronda a muchos. Al acortarse el calendario oficial, por primera vez los clubs acosan a los intermediarios para pedirles partidos en el extranjero. Antes los esperaban en sus torneos veraniegos, esos que primero daban beneficios y ahora incluso son ruinosos. Los tiempos han cambiado, evidentemente.
Hoy comienzan los cuartos de final de la Copa, y los, ocho supervivientes afortunados pueden conseguir aún unos ingresos extras. En eliminatorias anteriores, ni eso. La Copa, en su nueva versión, aunque más abierta y más justa, ha sido otro fracaso económico. Salvo raras excepciones, los equipos de categorías superiores ni siquiera han cubierto gastos.
Y, mientras tanto, al fondo -o a corto plazo para algunos, los equipos que ya pagan sin fondos en sus talones a los jugadores- aparecen unas nóminas que pagar hasta más allá del Mundial. La próxima temporada oficial tal vez sea un espejismo para muchos, en especial para los huérfanos de triunfos. Argentina-78 quizá sea protagonista por los que vayan, pero mucho más por los que se queden.
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