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La meteorología, en crisis

La meteorología es, cada vez más, una ciencia que incide directamente en un número creciente de actividades industriales, económicas y sociales en los países desarrollados. Desconocer este carácter multisectorial es desconocer la ciencia meteorológica, y en consecuencia ignorar un rendimiento económico que en los países más industrializados se considera excepcionalmente alto. En nuestro país, el incremento de usuarios de la ciencia del tiempo es espectacular, pero se enfrenta con dificultades por parte del organismo oficial, el Servicio Meteorológico Nacional, para atender con eficacia a la multitud de sectores que demandan sus servicios. ¿Por qué ocurre esto en la España de 1978?Aunque sea brevemente, hay que referirse a la reciente historia del SMN (Servicio Meteorológico Nacional). Tuvo un origen civil, pero motivos de excepción bélica y estratégica motivaron su militarización, encuadrándose a principios de los años cuarenta en el reciente nacido Ministerio del Aire. De esa dependencia y de una preferente dedicación a la aeronáutica derivaron numerosos problemas que hoy se plantean.

-En primer lugar, problemas estructurales: atención nula o muy deficiente a sectores no aeronáuticos, falta de coordinación con otros posibles usuarios, ministerios, diputaciones, ayuntamientos, aparición subsiguiente de «servicios paralelos», a veces mejor dotados económicamente, etcétera. En segundo lugar, problemas debidos a la situación ambigua del personal, civiles dentro de un Ministerio militar, y militarizados a medias (primero existió una «equiparación» luego una «asimilación», posteriormente surgió el sorprendente término de «consideración militar de los civiles»), con todos los problemas consiguientes, no siendo el menor de ellos el retributivo (los sueldos de los civiles de la administración militar fueron siempre inferiores a los de los civiles o militares de categoría equiparable, y aún hoy día siguen las cosas igual excepto para los controla dores de la circulación aérea, que gracias a una postura de fuerza han conseguido mejoras importantes y un status definitivamente civil).

En la actualidad, el SMN depende orgánicamente del Ministerio de Transportes, puesto que la Subsecretaría de Aviación Civil, a la que pertenecía, pasó en bloque a dicho Ministerio, pero la problemática que en síntesis hemos expuesto queda en pie.

Un diagnóstico negativo

Un esfuerzo de reflexión acerca de lo que un Servicio Meteorológico debiera ofrecer hoy día nos lleva a un diagnóstico negativo por el SMN en la actualidad: en primer lugar, la en general excelente preparación del personal está infrautilizada, en gran parte por problemas presupuestarios. Buena prueba de ello es el gran número de trabajos y activiaades desarrollados por numerosos funcionarios del SMN fuera del ámbito, de la meteorología oficial. Por otra parte, existen problemas de personal, derivados de una deficiente gestión en la ánterior etapa dentro del Ministerio del Aire, que causan grave malestar entre los funcionarios: retribuciones muy bajas, ausencia de reglamentos específicos de cada cuerpo, situación administrativa militar-civil poco definida, fun cionanos del Cuerpo Especial de Observadores de Meteorología que no cobran sus trienios, con lo cual muchos de ellos ganaban más cuando eran simples contra tados, etcétera. A este respecto, resultan cuando menos confusas las declaraciones del director del SMN a la agencia Cifra, según las cuales la integración actual en Transportes del SMN es puramente circunstancial, y que la futura dependencia del Servicio «estará en función de lo que el Gobierno decida, pero nunca de los deseos de los funcionarios». En todo caso, en reciente asamblea, un 95 % del personal manifestó su deseo de depender de un Ministerio civil. También este dato es puesto en duda por el director del SMN, pero la asamblea se celebró a nivel nacional, y el dato parece fidedigno. Finalmente, y como muestra del confusionismo administrativo aludido, ante el deseo de los funcionarios de acogerse a las normas de la Dirección General de la Función Pública respecto al tema de la asociación sindical, el director del SMN ha manifestado a Cifra que hasta que no se clarifique la dependencia civil o militar, los funcionarios no pueden acogerse a dichas normas. Y ello, a pesar de depender orgánicamente, en la actualidad, de un Ministerio plenamente civil como es el de Transportes y Comunicaciones. La situación es desde luego ambigua, puesto que ni siquiera la dependencia futura del SMN parece asegurada, e incluso es posible su inclusión en Defensa. Un reciente documento emitido por el Ministerio de Transportes alude directamente al trasvase de las competencias del SMN al Ministerio de Defensa. Dicho documento es una fuente de sorpresas para los funcionarios implicados; en efecto, se alude a los «fines preferentemente militares» de la meteorología, cuando en la actualidad sólo un 15 % del personal trabaja en establecimientos militares, a pesar de casi cuarenta años de dependencia de un Ministerio militar que apoyó y multiplicó este tipo de destinos en detrimento de otros puramente civiles. Igualmente, se valora a un mismo plano al SMN y a otros organismos igualmente respetables pero de inferior entidad técnica y científica (Servicio de Helicópteros, Servicio de Búsqueda y Salvamento, Unidad de Comprobación para ayudas a la Navegación Aérea).

Un departamento civil

Si el Gobierno acepta la proposición anterior basándose en tan peregrina información, es de temer que el malestar actual no sólo se remita sino que incluso se acentúe, máxime cuando la dirección del SMN recomienda su integración en el Ministerio de Defensa, entre otras cosas porque «así quedaría a salvo de las perturbaciones inherentes a las situaciones de conflicto laboral y huelgas» (sic), «Informe sobre la situación del SMN en el seno de la Administración del Estado que el director de dicho servicio eleva a la consideración del Gobiemo». En todo caso, y esto parece importante, la actitud favorable en la inmensa mayoría del personal a permanecer en un departamento civil no debe entenderse como una postura antimilitarista «per se», puesto que una partéimpor-tante del personal del SMN ha convivido con los militares en destinos no civiles en perfecto entendimiento y armonía, con los únicos problemas, eso sí, derivados de la ambigua situación administrativa (civiles militarizados en mayor o menor grado conviviendo con militares de carrera). La postura favorable a permanecer en un departamento civil tiene motivaciones importantes: en primer lugar, la creencia de que la actual problemática del SMN , expuesta al principio de este trabajo, tiene mayores posibilidades de encauzamiento, tanto en su vertiente estructural como en la de personal, dentro de la Administración civil del Estado. En segundo lugar, la falta absoluta de información sobre las condiciones en que se desenvolvería el SMN en caso, de integrarse en la Administración militar propicia el escepticismo,¿cabe esperar que los viejos problemas que no se arreglaron en tanto tiempo vayan ahora, por arte de ensalmo, a resolverse al volver a ser civiles de la Administración militar?

Una decisión rápida

Es evidente que todo esto debiera ser también considerado por el Gobierno a la hora de tomar una decisión que, por otra parte, debe ser tomada con rapidez ya que las situaciones de transitoriedad son siempre negativas. Hay que considerar cuál es el rango que debe tener, dentro de la Administración, un Servicio Meteorológico Nacional-, dónde puede ser más rentable su ubicación, y cuáles han de ser los cauces para conseguir la coordinación internacional que necesita la meteorología, con el fin de utilizar al máximo todas sus aplicaciones. El personal del SMN ha considerado de forma aplastantemente mayoritaria, y así lo muestran los numerosos documentos emanados de las asambleas celebradas, que donde mejor se cumplirían estos requisitos es en un Ministerio civil, con clara preferencia por la Presidencia del Gobierno y con una categoría mínima de Dirección General, coordinando su actividad mediante un Consejo Superior de Meteorología en el que estuvieran integrados los ministerios afectados (Agricultura, Industria, Comercio y Turismo, Obras Públicas y Urbanismo, Defensa, Transportes y Comunicaciones, etcétera.)

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