Francia propone a Argelia un nuevo sistema de relaciones
El presidente Valery Giscard d'Estaing acaba de proponer un nuevo nivel de relaciones a Argelia. Esta iniciativa, que ayer aún no había sido objeto de reacción alguna por parte de Argel, fue el elemento más importante del informe que ofreció el presidente a sus conciudadanos, anteanoche, sobre la política exterior francesa.En vísperas de la campaña oficial para las elecciones legislativas de marzo próximo, Giscard d'Estaing advirtió a los franceses, por otra parte, sobre el peligro que correría «el alto nivel conseguido por nuestras relaciones internacionales» si gana la oposición de izquierdas.
En opinión del presidente francés, que en este punto es sostenido por la mayoría de sus conciudadanos, los acuerdos de Evian que en 1962 consagraron el final de la guerra de Argelia y establecieron los fundamentos de las relaciones «privilegiadas» que iban a mantener la antigua colonia y la metrópoli, «no responden a las realidades actuales». Giscard, para subsanar este fallo, ha propuesto a las autoridades de Argel que los dos países definan un huevo marco, jurídico y político, que permita la reanudación de «las buenas relaciones que yo deseo con Argelia».
Desde que ese país logró la independencia, las relaciones diplomáticas franco-argelinas, fijadas oficialmente por los textos de Evian, han conocido más tempestades que remansos. A las pocas. semanas de haberse separado de Francia, las autoridades argelinas, que se habían comprometido a garantizar los intereses franceses, así como los derechos adquiridos por las personas físicas y jurídicas, provocaron el retorno a Francia de los colonos europeos. Después, con objeto de garantizar su independencia económica, Argel no compensó a los franceses expropiados y, por otra parte, en 1971, nacionalizó las compañías de petróleo galas.
Francia, por su parte, tampoco cumplió sus promesas en materia de ayuda financiera. En el plano cultural, en el técnico y en el científico ambos países han mantenido, a pesar de los altos y bajos, una cooperación que, hoy, se traduce por la presencia en Argelia de 4.600 franceses; en su mayor parte profesores.
La intervención francesa en el Sahara
Desde hace dos años, las relaciones no han hecho más que degradarse. En el plano bilateral, Argelia supone que Francia la boicotea económicamente, al no esforzarse en reequilibrar la balanza de pagos; en el internacional, los argelinos están convencidos de que París juega en el Sahara la carta de Marruecos y Mauritania. La intervención de aviones franceses en Mauritania y el secuestro le técnicos franceses por el Polisario (apoyado por Argel), han envenenado aún más el contencioso; todo esto sin olvidar los 800.000 argelinos que trabajan en Francia, de los cuales ochenta han sido asesinados en los últimos años.
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