Recelo creciente de los extraparlamentarios para condenar la violencia de ETA

Al tiempo que se anuncian nuevas retiradas de la reunión de las fuerzas vascas sobre la violencia en Euskadi, se reproducen las manifestaciones encontradas en torno al matiz que se ha de dar a la misma y a la participación en ella de grupos a los que la casi totalidad de las fuerzas consideran no democráticos.

A las retiradas casi seguras de LKI, ANV, ESB, LAIA, HASI y PNV, hay que añadir ahora las de PTE y ElA, con lo que puede decirse que todo el bloque abertzale quedará fuera de la reunión a celebrar el próximo lunes en San Sebastián. Entre las razones que alega ElA para justificar su postura destaca el criterio de la organización de que la reunión así enfocada supone un engaño de los partidos convocantes, «cuya única y verdadera intención -dicen- es la de condenar las acciones armadas de ETA. Tratar de la violencia es tratar de las causas que la generan».

Después de señalar que su partido no comparte las críticas a ETA hechas en la reunión del lunes pasado, ElA afirma: «Esta reunión es una iniciativa del Gobierno, secundada por los partidos que firmaron el pacto de la Moncloa, haciendo ver a nuestro pueblo que las causas de la opresión nacional y sobre los trabajadores por las cuales en su día nació ETA, han pasado ya al baúl de los recuerdos, posición de la que ElA discrepa absolutamente.»

Por su parte, OIC (Organización de Izquierda Comunista) y ORT han hecho público comunicados y disienten del planteamiento de la reunión.

A esta situación de claro enfrentamiento y recelo entre los participantes en la primera reunión hay que añadir ahora las protestas de marginación hechas por Alianza Popular y más recientemente por Falange Española (Auténtica). Esta última, en un comunicado, insiste en su deseo de participar en la próxima reunión, «en donde deben aclararse -dice- las propuestas de los convocantes, así como la razón de la marginación y las amenazas contra partidos obligadamente ilegales (contra nuestro criterio)».