Estancamiento

Seguimos sin Bolsa o, lo que es lo mismo, con unos volúmenes de contratación cortísimos -incluso en valores punteros-, que patentizan la inexistencia de un verdadero mercado. Además, este descenso en el negocio hace posible que con muy poco dinero (verbigracia: en Petróleos) se puedan forzar los cambios.Esta falta absoluta de interés, tanto en órdenes compradoras como en vendedoras, origina numerosas repeticiones de cambios o variaciones mínimas.

Persiste el equilibrio en las eléctricas con diferencia, en ambos sentidos, prácticamente simbólicas, de 0,25 puntos.

Los únicos sectores que mejoraron sus respectivos índices parciales fueron inversión, por las mejoras de Española y Popularinsa; Monopolios, por el medio duro que gana Telefónica, y siderúrgicas, donde repiten Hornos y Olarra.

Moderación en el departamento bancario, en el que aún había papelillo para varios de «los grandes». Central e Hispano se repliegan tres enteros cada uno, y Popular y Santander uno. Hablando de bancos hay que mencionar que no operó el Cantábrico, de quien se conocía ya, por EL PAÍS, su posible compra por el Santander. Sin embargo, formalmente, la Junta Sindical aún no había suspendido su cotización.

Al cierre, las posiciones oficiales eran de quince valores de renta variable con papel, entre ellas algunos bancos pequeños, de los que «suenan» estos días, y cuatro con dinero.