_
_
_
_

La Guardia Civil mata el primer novillo de la feria

Un novillo de Gregorio Ortega se escapó del encierro en Valdemorillo, y campo a través tomó las de Villadiego, camino de Fresnedilla. Pero debió pensarlo mejor y se quedó con las vacas del Victoriano, en un prado próximo, a la espera de la Guardia Civil, que acabó con su vida.Fue un encierro improvisado, en un largo y poco acondicionado recorrido. A un lado, las talanqueras, y al otro, un muro de piedra, muro muy alto. El novillo bajó del camión un tanto alborotado, sorprendido por la algarabía de los mozos, corrió unos metros, se vio acosado y aprovechó un desnivel del terreno para saltar el muro. Por delante se llevó una piedra de gran tamaño. Se refugió primero con unos-chotillos que pastaban cerca del muro, para luego emprender veloz huida ladera abajo. El resto del encierro fue normal, se acortó el recorrido y no hubo más accidentes; insólito al no ir los novillos arropados por cabestros.

Plaza de toros de Valdemorillo

Primera de feria. Tres novillos de Gregorio Ortega, mansos pero toreables, y dos de Leonardo Arroyo (segundo y cuarto), mansos y difíciles. El Maletilla de Oro: oreja. Aviso y silencio. José Lara: oreja. Aplausos. Rafael Peralta Acedo: oreja en el único que mató. A la muerte del quinto novillo se suspendió la corrida por falta de luz.

La novillada, gorda y bien presentada, salió mansa, pero toreable. El tercero fue ideal por el pitón izquierdo, y el quinto fue un buen novillo. José Lara hizo lo más torero de la tarde. cumplió en los dos con el capote. Al segundo lo consintió bien en la muleta, en una faena valiente con buenos derechazos, dos pases de pecho y unos muletazos finales a dos manos. En el quinto destacaron unos naturales cargada la suerte perfectamente ligados con dos de pecho, dos series con la derecha a pies juntos, erguida la figura.

Maletilla de Oro, voluntarioso con el capote y la muleta en los dos, pero vulgar. Al cuarto no lograba matarlo y un espectador de barrera le ayudó sacando el estoque, pero el novillo, de cemento armado, no caía; otra estocada (la mil o por ahí) y Calatayud hunde el estoque y el espontáneo de barrera lo saca rápido. Por fin muere, casi de noche. Peralta Acedo, verde con el capote y verde con la muleta. Llegó la noche negra y no pudo matar al sexto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_