Más de trescientas empresas irán a las elecciones en el País Valenciano
Unas trescientas comunicaciones de convocatorias de elecciones sindicales habían sido entregadas en la Delegación de Trabajo de Valencia, 48 horas antes del inicio de la batalla electoral, fijada por el acuerdo de CCOO y UGT para mañana. Mientras las dos grandes buscan la hegemonía numérica, USO, CSUT y SU, trabajan un espacio electoral calificado de «tercera vía» y CNT se abstiene en participar.
Con todo, el período electoral se inició con anterioridad informalmente, lo cual plantea la homologación de la normativa actual de los resultados obtenidos entonces.Según Edelmiro Galdón, secretario general de UGT, «se trata de trasladar al terreno sindical los tres espacios ideológicos (socialista, comunista y anarquista) que ya existen en la política. En estas elecciones luchamos por conformamos en el gran sindicato socialista.
Por su parte, Antonio Montalbán, secretario general de la confederación de CCOO del país valenciano, define el espacio electoral de su organización como «el sindicalismo de clase, democrático, de nuevo tipo, en el que participan afiliados y no afiliados, frente al sindicalismo amarillo y reformista, que quita el protagonismo de la clase trabajadora para que decida la central sindical».
Por su parte, Nicolás David, secretario general de USO, del país valenciano, explica la opción de la «tercera vía»: «Frente a un intento de llevar el resultado de las elecciones al campo sindical, que dividiría a la clase trabajadora en dos bloques irreconciliables, comunista y socialista, optamos por la vía de la unidad sin bloques ideológicos.» Así, también se expresaron el secretario general de SU, Alfredo Ortega, «frente a la carrera electoral de CCOO y UGT, proponemos un frente común por el pan, el trabajo y la libertad», y Pascual Rozalen, secretario general de la CSUT: « Los grandes se disputan la misma clientela. Nosotros nos dirigimos a los sectores más conflictivos que se oponen al pacto de la Moncloa.»
La homologación de las elecciones ya realizadas en significadas empresas del «gran metal», como Ford, donde USO obtuvo la mayoría de delegados, mientras UGT no participó, crea divergencias entre las centrales. Según cifras globales referidas al país valenciano, no más de un 2 % de la población laboral eligió ya sus representantes, pero más que por la cifra el hecho es importante por las empresas a que se refiere, que marcan la pauta, de la conflictividad laboral valenciana. En la factoría automovilística, adecuarse a la nueva normativa supondría dejar la coordinadora en 48 delegados, en lugar de los actuales 77.
Según CCOO, que tiene dieciocho delegados, no conviene cambiar los delegados, ahora que se negocia el convenio. Cuando acabe la negociación se puede estudiar si lo quiere la asamblea de trabajadores. Según USO, con 41 delegados, unas nuevas elecciones serían «una tomadura de pelo a los trabajadores», ya que fueron democráticas y limpias. Para UGT no están en juego las personas, sino las organizaciones, por esto hay que potenciar a estas. «En Ford, no se hicieron realmente elecciones, porque faltaron UGT, CSUT y CNT -manifestó Edelmiro Galdón-. La opinión de CSUT y SU va en la línea de CCOO por su parte, José Chafer, de USO, en la negociadora de Ford, califica de «fuera de lugar» unas nuevas elecciones.
El capítulo de presupuestos -con datos referidos a la campaña en todas las comarcas valencianas, puede alcanzar globalmente los seis millones de pesetas. Tanto el SU como CSUT no tienen establecida una cifra determinada, mientras USO dedicará tres millones, dos de ellos prestados por la Caja de Ahorros, cifra qué supera a los dos «grandes» (CCOO, dos millones, y UGT, un millón).
Las centrales sindicales han denunciado la marginación de un gran sector de la población laboral valenciana en estas elecciones. En este sector, se incluyen los eventuales, trabajadores en empresas con menos de seis de plantilla, jornaleros del campo, parados y menores de dieciocho años. Aunque los respectivos gabinetes económicos no facilitan todavía una cifra, ya se establecen algunas, previsiones. A nivel de país valenciano, un 17 % de la población total activa, cifrada en 1.200.000 personas, se dedica a la agricultura, mientras un 50 % del censo laboral industrial, trabaja en empresas de menos de cincuenta trabajadores. En cuanto a las estimaciones dejornaleros del campo, fuentes del SU dan una cifra de 120.000 en Valencia. Estas fuentes cifran la marginación a nivel de estado, en un 35 %. En general, se tratará de romper el techo representativo marcado por el decreto para forzar el reconocimiento de los delegados que se elijan en asambleas de trabajadores marginados.
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