Críticas al pacto de la Moncloa y a su aplicación
El pacto de la Moncloa y la forma en que el Gobierno está aplicando sus postulados fueron unánimemente criticados en la tercera jornada de la VIII Semana Económica Internacional del grupo Mundo, que viene celebrándose en Barcelona. Aunque sindicalistas, empresarios, e incluso el banquero Jaime Carvajal criticaron con dispar énfasis el pacto, el ataque más directo lo dirigió Miguel Boyer contra el vicepresidente Fuentes Quintana, cuyo liberalismo fue calificado de inoportuno y falto de sentido común en las difíciles circunstancias actuales.
Miguel Boyer se mostró especialmente duro con la política económica del Gobierno y abiertamente escéptico respecto a los frutos finales del pacto. El economista del PSOE acusó al Gabinete Suárez de haber incumplido varias de las cuestiones pactadas en la Moncloa: no se ha remitido el Plan Energético Nacional a las Cortes dentro del plazo fijado, no se han alcanzado los grados de presión fiscal establecidos, tampoco se han equiparado las participaciones de impuestos directos e indirectos en el esquema impositivo y, en el plano político, la creación del Consejo Rector de RTVE ha supuesto -también en contra de lo pactado- un incremento del control estatal sobre el medio. Asimismo, reprochó a los responsables gubernamentales el empleo parcial y electoralista de los datos coyunturales, así como las constantes afirmaciones de que con un período de sólo seis meses «duros» se alcanzará un punto de inflexión -a mitad de 1978- que encauzará el relanzamiento hacia los primeros meses de 1979. La realidad es dijo Boyer- que la situación exige un cambio profundo, una transformación radical del modelo, que requerirá, antes o después, años de esfuerzo. El representante del PSOE advirtió de los peligros que podían derivar de una inyección de recursos en la economía, para simular un relanzamiento en los próximos meses, con fines electoralistas, porque, de hacerlo, se agravarían notablemente las actuales tensiones.
Un nuevo modelo de crecimiento
Planteando las bases de una alternativa socialista, Boyer señaló que el PSOE acepta la austeridad, pero que ésta debe iniciarse por un mayor control del despilfarro de la Administración. Es preciso estructurar un nuevo modelo de crecimiento, desviando la demanda hacia sectores menos gravosos para el conjunto de la economía española. Las subvenciones a la industria deben continuar e incrementarse la presencia del sector público en la actividad industrial, potenciando al INI y desvinculando de su actual estructura al «hospital» de empresas, siguiendo el ejemplo italiano. En esta mayor presencia estatal en la actividad industrial incidió posteriormente Eladio García Castro, al plantear su alternativa, presentada voluntariamente a título individual, en su condición de sociólogo.Jaime Carvajal, director general del Banco Urquijo, se mostró abiertamente partidario de la firma del pacto de la Moncloa, pero preocupado por la falta de solidaridad demostrada, ya que se había elegido la alternativa de defender el poder adquisitivo de los trabajadores, aun a costa de generar mayores tasas de desempleo. También estimó que habla sido planteado en su alcance a muy corto plazo, ya que no se especificaba ningún tipo de actuación con posterioridad a 1979, cuando la crisis no iba a estar ni mucho menos resuelta. En cualquier caso, Carvajal aseguró que sólo recuperando los niveles de inversión será posible relanzar la actividad económica, para lo que se hace necesario devolver la confianza al empresario -que invierte sólo para extraer beneficios- y definir un marco de actuación a medio plazo, aceptado y respetado por todas las fuerzas.
Patronal y sindicatos
Como en ocasiones anteriores, los representantes empresariales, especialmente Rodríguez-Sahagún, insistieron en que los pactos no hacían referencia al tema capital de la productividad, ni se atendía a una auténtica política de empleo, criticando una vez más la Seguridad Social y las reformas fiscales. La escasa efectividad de las medidas del Gobierno en apoyo del empleo y las trabas permanentes al desarrollo de la vida sindical, buscando sobre todo que no se potencien las centrales, constituyeron el elemento básico de controversia de las intervenciones de los líderes sindicales. Uno de ellos, Jerónimo Saavedra, de UGT, advirtió de la posibilidad de que ante la conducta incumplidora y dilatoria del Gobierno UCD, las centrales pudieran decidir movilizar a sus masas, por supuesto de modo ordenado y pacífico.Con todo, la atención de la jornada de ayer quedó dividida entre los debates del foro y los comentarios relativos a las dificultades del Banco de Navarra, a que el grupo Mundo y su presidente, Auger, se hallan vinculados. Por cierto que en la tarde del martes, a última hora, fueron «anecdóticamente» retirados los rótulos publicitarios de Banco de Navarra y Banco de Toledo, presentados como colaboradores de la Semana Económica Internacional.
La mesa de debate estuvo integrada ayer por Josep Lluis Sureda (catedrático), Jaime Carvajal (banquero), Max Mazin y Agustín Rodríguez Sahagún (CEOE), Miguel Boyer (PSOE), Xavier Casassas (SOC), Manuel Zaguirre (USO), Eladio García Castro (PTE) y Jerónimo Saavedra (UGT). El lema de la sesión fue «Política económica ante la coyuntura».
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