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Sin incidentes en el funeral por el inspector de policía Baena

A las doce del mediodía de ayer, en la iglesia de San Miguel, se celebró el funeral por el alma del inspector Baena Martín. Desde el Gobierno Civil, situado a pocos metros de la iglesia, el féretro del policía fue trasladado a hombros de sus compañeros hasta San Miguel, seguido por varios jeeps de la Policía Armada, que portaban un total de dieciséis coronas de flores, entre las que destacaba la enviada por el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa. No acudió al funeral, como estaba previsto, el director general de Seguridad, Mariano Nicolás, ni el, subdirector general, José Sáinz, debido al mal estado de las carreteras.

La ceremonia religiosa fue oficiada por seis sacerdotes y presidida por el capellán castrense Luis Arroyo. Durante la homilía, el padre Arroyo se refirió a la necesidad de sanear las conciencias españolas, precisando que «la paz no se puede lograr ni con promesas ni con confesiones. Se necesita de la energía, con posturas claras. Para que los grupos extremistas y sediciosos se lo piensen dos veces antes de actuar. Nadie sabe la abnegada labor de estos hombres, que tiene mucho más de vocación que de profesión».

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A la salida del funeral -al que asistieron los gobernadores civil y militar de Navarra, el vicepresidente de la Diputación Foral y el alcalde en funciones de Pamplona- el público, que había llenado completamente la iglesia, aplaudió fuertemente cuando el féretro fue sacado a hombros por compañeros del Cuerpo General de Policía. Se oyeron algunos Vivas a la policía, Ejército al Poder y ETA, asesina.

El féretro del inspector Baena fue introducido en un furgón mortuorio que partió inmediatamente hacia Madrid.

Llegada a Madrid

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A las once y media de la noche de ayer llegaron por carretera a Madrid los restos mortales del inspector Baena, acompañados por sus familiares y por funcionarios de la plantilla de policía gubernativa de Pamplona. En distintos puntos de la carretera entre Alcalá de Henares y la entrada a Madrid esperaban hasta un centenar de coches patrulla que dieron escolta a la comitiva fúnebre hasta la Dirección General de Seguridad, donde quedó instalada la capilla ardiente.La comitiva atravesó la ciudad con las sirenas y los lanza destellos conectados. A la entrada del féretro en la DGS los compañeros del inspector Baena dieron vivas a la policía. El ministro del Interior visitó la capilla ardiente, en la que prestaron turnos de vela miembros de las distintas fuerzas de orden público.

A las diez de la mañana de hoy se celebró un funeral, y a las cinco de la tarde está previsto el traslado del cadáver a Las Palmas de Gran Canaria por vía aérea.

Funerales y paros de solidaridad

Más de un millar de personas participaron ayer en una marcha desde Villafranca de Ordicia hasta Alzaga para asistir a los funerales por Ceferino Sarasola, miembro de ETA muerto el miércoles en Pamplona. Al término de la ceremonia se dio lectura a un comunicado de las gestoras pro amnistía en el que se condenaba duramente la actuación policial en la capital navarra. A la vuelta, los asistentes recorrieron los tres kilómetros en silencio. Unas horas más tarde se celebró en Villafranca el funeral por el otro muerto de ETA en Pamplona, Joaquín Pérez.Por otra parte, unas 4.000 personas se manifestaron en Bilbao en solidaridad con ETA, siendo disueltas enérgicamente por la policía. En la comarca del Alto Goierri, el paro de solidaridad fue generalizado.

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