Los Comunes proponen un plan de emergencia para salvar la siderurgia británica

Para salvar la grave crisis de la industria británica del acero será necesario reducir el número de sus trabajadores y cancelar algunos programas de desarrollo.Tales son, entre otras, las conclusiones a las que ha llegado un comité de la Cámara de los Comunes, encargado de analizar la situación, cada día más delicada, de la Corporación Británica del Acero, entidad que integra las empresas nacionalizadas de este sector y que se enfrenta a una posible pérdida de 950 millones de dólares para este año.

El comité de parlamentarios de todos los partidos hizo público el informe al mediodía de ayer, al tiempo que pidió que, a fin de conocer realmente todas las circunstancias que condujeron a la crítica situación, el Parlamento ordene al Gobierno y a la Corporación del Acero facilitar al comité de industrias nacionalizadas detalles de la correspondencia mantenida entre ambos durante los dos últimos años.

El informe revela que, en opinión de la comisión investigadora, los responsables de la Corporación del Acero son incapaces de hacer presiones financieras, con un mínimo nivel de seguridad, incluso para un período de meses.

Los parlamentarios comisionados expresaron su temor de que un «compromiso insatisfactorio » ahora para tratar de ocultar la gravedad de la situación podría significar peores problemas todavía más tarde.

La comisión pide una gradual reducción de la fuerza de trabajo en los próximos cinco años, un más apropiado manejo de la industria y la posibilidad de jubilaciones más tempranas.

Sobre todo por lo que se refiere a la reducción y a las jubilaciones, se apela a los líderes sindicales para que sean conscientes de los problemas de la Corporación.

Por otra parte, y dentro del total de las 35 recomendaciones que hace el comité para salvar a la industria, se apunta que un gran paso para aliviar la crisis sería lograr una combinación adecuada entre la reducción en las oportunidades de trabajo cerrando aquellos que no son rentables en absoluto y la finalización o cancelación de algunos proyectos existentes para nuevas expansiones.

En tal caso, el informe sugiere que la Corporación Británica del Acero debería ser «adecuadamente compensada» por aceptar tales deberes.