"Hay que acabar con el excesivo minifundio comercial"
El comercio madrileño presenta una dispersión que supera al de las más importantes capitales europeas. Por cada cien madrileños existe un punto comercial. La reestructuración del sector ha sido pedida por todas las partes afectadas desde hace largo tiempo. Para estudiar esta reforma se están celebrando en el Gobierno Civil una serie de reuniones en las que se discute la forma en que se deberá realizar la reestructuración. La creación de canales de distribución, que acabarían con algunos intermediarios, se presenta como el tema más conflictivo.«Vamos a intentar poner fin al excesivo minifundismo comercial que existe en Madrid. Uno de los primeros pasos va a ser la potenciación de canales paralelos de comercialización para que los productos no tengan que pasar obligatoriamente por los mercados centrales municipales. Con ello se suprimirán algunos puntos intermedios y el productor venderá directamente a los minoristas.» Jesús Fernández Calvo, jefe provincial del comercio interior de Madrid, sintetizó con estas palabras las jornadas.
Las conclusiones de estas jornadas se han resumido en sendos informes de cada uno de los sectores comerciales implicados, que serán presentados en breve al subsecretario de Comercio. Según el señor Fernández Calvo, el punto más conflictivo ha sido la potenciación de los canales paralelos de comercialización, ya que uno de los puntos intermedios a suprimir serían los asentadores de los mercados municipales. Las razones aducidas por este sector para justificar su pervivencia se basan en que, en principio, ellos no se consideran intermediarios, sino que consideran que su función es totalmente necesaria debido al funcionamiento actual de los sistemas comerciales occidentales.
El sector minorista, en general, se muestra partidario de acabar con la atomización existente dentro del comercio madrileño. Los puntos planteados por ellos para evitar el minifundio constan, básicamente, de la demanda de una mayor ayuda económica, consistente en la facilitación de créditos bancarios y en conseguir una disminución de los impuestos.
Paralelamente a estos puntos, los minoristas van a plantear en el Instituto para la Reforma de Estructuras Comerciales (Iresco) que les faciliten los medios necesarios para la formación de cooperativas. Estas entidades serían las encargadas de centralizar el funcionamiento de un número determinado de puestos comerciales. Asimismo quieren exigir al Ayuntamiento que quienes ya tengan un puesto en los mercados municipales tengan prioridad sobre los posibles solicitantes para conseguir puestos libres,
Como punto final, dentro de los planteamientos de los detallistas, pedirán al ministro de Trabajo, señor Jiménez de Parga, que facilite la creación de cursillos de Enseñanza Profesional Obrera a fin de formar a gente especializada en la venta de productos alimenticios.
En cuanto a las repercusiones que pudiera tener la aceptación, por parte de la Administración, de los puntos presentados por los minoristas, el jefe provincial de Comercio Interior de Madrid señaló que, en principio, podrían afectar a los asentadores del mercado central, pero que la utilización de los canales paralelos de distribución sería voluntaria y que, «evidentemente, resulta cómodo para el minorista que el control de los productos se realice desde el mercado central. Además -añadió- los llamados canales paralelos tendrán que responder a unas cláusulas de control de calidad y sanidad mínimas. Es la única manera de vigilar que los productos de origen lleguen al consumidor en las condiciones correctas».
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