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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

También esta semana

«El cartel es el rey del grafismo». A tenor de este aguerrido lema, presenta Julián Santamaría una espléndida colección de carteles en las salas de la Dirección General del Patrimonio Artístico (paseo de Calvo Sotelo, 20). Seseilta, dos son los temas que integran la exposición de Santamaría. De ellos, 32 son inéditos, realizados a título de dedicatoria u homenaje a personajes conocidos (Umbral, Leoz, Máximo, Oroza, Fernández Alba...) o por vía de síntesis de otras imágenes más generales (España, Cuenca, la paz, el teatro actual, el tráfico, la Casa de Bernarda Alba... ). El resto de la exposición le resultará harto familiar al contemplador, por cuanto que en ella ha de reconocer muchos de los carteles que suscitaron su atención a su paso por la calle.En las mismas salas de la Dirección del Patrimonio Artístico prosigue la exposición de Julio Le Parc, de la que ya se dio noticia en estas páginas. Reiteramos la invitación por tratarse de la muestra más completa que el famoso pintor argentino (uno de los fundadores del ya histórico Groupe de Recherche d'Art Visuel) haya ofrecido nunca en España. Superficies, superficie-color, superficie- modulaciones, relieves, móviles, desplazamientos, contorsiones, espejos, luz, juegos, movimientos sorpresa, maquetas arquitectura... son los epígrafes a que se atiene y en que se divide el conjunto de lo expuesto: una bien nutrida antología de las experiencias llevadas a cabo por Le Parc desde 1955 a 1977.

El Museo Romántico nos ofrece una soberbia exposición de dibujos de Leonardo Alenza, «uno de los artistas más interesantes de la pintura española posterior a Goya -escribe Marla Elena Górnez-Moreno, directora del Museo Romántico-, sin duda el mejor dotado, libre de coacción académica, enraizado en lo popular, elevando a categoría artística a las gentes más marginadas de aquel pueblo madrileño que años antes había dado ejemplo heroico de su amor a la libertad». Consta la exposición de 58 dibujos, en los que, por obra y gracia de la maestría de Alenza, se nos ofrece una variadísima semblanza del Madrid del pasado siglo, con cuantas escenas, costumbres y tipos configuraron su ambiente popular.

La galería Faunas inaugura sus nuevos locales de la calle de Montalbán, número 11, con una exposición homenaje a Tino Grandío, el original pintor gallego recientemente fallecido. Una holgada veintena de artistas (Caneja, Díaz, Delgado, Quirós, Dans, Pacheco, Sáez, Barjola, Bueno, Egido, Laxeiro, Moutas, García Ochoa...) forman el cortejo de amistad y de admiración en torno al autorretrato de Grandío. Lo más notable de la exposición es que en ella se presenta al público, por vez primera, el enigmático retrato (entre irónico, sarcástico, cruel, grotesco y tal vez piadoso) que el pintor prematuramente desaparecido hizo del general Franco.

Con el buen pulso de un miniaturista y el saber de un hombre del Renacimiento, un joven pintor canario, llamado Siliuto, cuelga en la galería El Coleccionista dibujos y temples dignos de encomio. Alentado por su propia experiencia, Siliuto es uno de esos escasos artistas que logran alumbrar, frente a la común rutina, un arte diferente. Más acá o más allá de su valor simbólico, los dibujos y, sobre todo, los temples de Siliuto vienen a probar la posibilidad del arte, siempre y cuando se funde en la experiencia personal.

En la galería Orfila vale la pena contemplar las esculturas de Longino, singularísimo artista que, a sus 77 años, expone por vez primera en Madrid con toda la fuerza e ingenuidad (esto es, con la sana libertad) de un primitivo.

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