El ministro de Defensa israelí viaja inesperadamente a Egipto
El ministro de Defensa de Israel, general Etzer Weizman, llegó ayer de manera inesperada a Alejandría, donde se entrevistó con su homólogo egipcio, general Abdel-Ghani Gamassi, y con el presidente egipcio, Anuar el Sadat. Al parecer, el principal objetivo de la visita es desarrollar las propuestas israelíes para la evacuación y desmilitarización del Sinaí. De esta manera, la entrevista Sadat-Begin del domingo quiedaría facilitada en gran medida.
El general Weizman llegó en un avión civil a Ismailía, donde se encuentra el presidente Sadat desde el lunes, y fue conducido inmediatamente al cuartel general del principal campamento militar egipcio en Alejandría, donde mantuvo una primera entrevista de seis horas de duración con el general Gamassi. A continuación el ministro israelí sé trasladó de nuevo a Ismailía, donde fue recibido por el presidente. Sadat, y es posible que, nuevamente vuelva a dialogar con su homólogo egipcio antes de regresar a Israel. El inesperado viaje del general Weizman supone un «golpe de teatro», cuyo significado se desconoce exactamente por el momento. Los portavoces oficiales de las dos delegaciones de la conferencia de El Cairo afirman que no saben nada. «Es más, hemos tenido conocimiento de que los ministros israelíes, con excepción de Dayan, no fueron informados por Begin del viaje de Weizman.» El furor de los ministros, en primero lugar del general Sharon, que forma parte del gabinete restringido para asuntos de la defensa, ha sido notorio.
Utilizando las informaciones procedentes de Jerusalén y las Opiniones expresadas por los hombres próximos a Sadat se puede llegar a una primera conclusión sobre la visita del ministro de Defensa israelí: «Begin, en sus proposiciones de paz, ha desarrollado las grandes líneas de los planes sobre Cisjordania, pero no ha tocado a fondo el tema del Sinaí, que constituye esencialmente un problema militar. Weizman, pues, habría sido encargado de someter al general, Gamassi las intenciones de Jerusalén en este terreno y discutirlas con el presidente Sadat.
Por otro lado, Weizman, conocido por sus tendencias moderadas dentro del Gabinete Begin, es uno de los partidarios más firmes de las iniciativas de paz esbozadas por Begin, quien deberá defenderlas mañana ante el Consejo de Ministros y quizá ante las comisiones de Asuntos Exteriores y de Defensa del Parlamento. Y en Israel, las iniciativas de Begin han sido atacadas en el seno de su propio partido, el Likud, así como por ciertos líderes laboristas, que acusan al primer ministro de «poner en peligro la patria».
Para hacer frente a estas críticas, el apoyo del general Weizman es tan importante para Begin como lo es para Sadat el del general Gamassi. Si Weizman, héroe de la guerra de 1967, y Gamassi, artífice del cruce del canal de Suez en 1973, consiguen entenderse sobre la amplitud de la evacuación del Sinaí sobre la desmilitarización de esta península y otros aspectos de la defensa de los dos países, la tarea de Sadat y Begin habrá quedado facilitada en su, mayor para cuando se entrevisten el domingo.
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