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Areilza: "La burguesía debe dirigir la construcción del nuevo Estado democrático"

«Es a la burguesía, a las extensísimas clases medias, a quien corresponde dirigir, encauzar y gobernar la construcción del nuevo Estado democrático», dijo ayer José María de Areilza, ex miembro del consejo privado de don Juan de Borbón y ex ministro, en la conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI, sobre el tema «Mi visión de un Estado democrático».

El señor Areilza, que hizo un llamamiento a los estamentos de la burguesía «para que se unan con fe absoluta en la justicia de su causa y en la defensa de un sistema que es el suyo por antonomasia», insistió en que la responsabilidad en el proyecto de Estado democrático corresponde «a la grande y pequeña burguesía, a las extensísimas clases medias, a una gran parte de la clase trabajadora que vive realmente en coordenadas burguesas y trata, no de descender a niveles más reducidos, sino de ascender a lo que ambiciona legítimamente para ellos y para sus hijos».

"Sin burguesía no hay democracia"

Dijo después que la burguesía, en su sentido y alcance más amplio, es la gran mayoría numérica de nuestro país, y que «sin la colaboración rectora de nuestro estamento burgués, empresarial y asalariado, no hay democracia posible en España».Para poner remedio a la situación actual, el conferenciante propuso «formar una pleamar de opinión pública, un movimiento de acción ciudadano extendido por toda la geografía nacional», que debe «pedir y reclamar no sólo que el Estado no lo gobiernen ni lo levanten quienes se hallan inspirados por los modelos colectivistas, sino quienes tienen derecho a construir un Estado democrático que no arruine a las empresas, no aumente el paro y que no dispare la inflación».

«Falta un proyecto de Estado»

El señor Areilza indicó que tal vez el factor más grave de la situación es la falta de información y de confianza en la clase política por parte de la opinión pública, y afirmó que, si bien el desmontaje de las instituciones del pasado se hizo con celeridad, «se notó enseguida que faltaba un proyecto global de Estado democrático capaz de sustituir al que desaparecía. Esto es -agregó-, no había una idea definida, un propósito claro, un programa concreto, de cómo debían ser las líneas maestras del nuevo Estado».Dijo después que la falta de ese proyecto global es la que aleja a la sociedad de la clase política, «y la empuja al desaliento y quién sabe si a la desesperación».

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Se refirió después al tema constitucional, y mostró su preocupación por «la ausencia de una mención a la legitimidad dinástica en lo referente a la forma de Estado», institución presente en nuestra historia «desde hace mil años», y tradición que el pueblo debe mantener viva.

Agregó sobre el tema que no es igual descentralizar que otorgar o plantear autonomías, y que, en este terreno, por falta de un proyecto de Estado, «asistimos a una subasta autonómica que recuerda los tiempos del cantonalismo de hace cien años», para terminar afirmando que la falta de confianza de la opinión pública en la clase política hace suponer que las peticiones autonómicas son el remedio de problemas reales y dramáticos, «que no se van a resolver con un sistema preautonómico o autonómico».

Eurocomunismo y socialismo

El señor Areilza habló también de las otras dos opciones que, a su entender, podrían plantearse como modelo de sociedad para España: eurocomunismo y socialismo. Rechazó la primera preguntándose si se quiere que «bajemos los escalones del bienestar individual para ponemos al nivel de la Rusia soviética» o que «nos afiliemos a una secta de herejes del mundo soviético, que seamos los arrianos de la Iglesia comunista, para servir de conejos de indias».Sobre la opción socialista, el conferenciante dijo que es democrática y pluralista, y que convive en los sistemas democráticos de Occidente con la estructura económica burguesa, «pero no para destruirla, sino para servirle de alternativa política, - de estímulo crítico y de fiscalización». Dijo también que en el Occidente europeo, el socialismo tiende a identificarse con la socialdemocracia, que es «un marxismo diluido en el conformismo».

"General en jefe"

Durante la cena celebrada con posterioridad a su conferencia, el señor Areilza afirmó que está dispuesto a volver a la vida política y asumir responsabilidades públicas. A una pregunta sobre la forma en que piensa hacerlo, seis meses después de celebradas las elecciones generales, respondió: «Si contestara a esa pregunta, revelaría mi plan secreto de acción; lo único que no puede hacer nunca un general en jefe.»Respecto al ofrecimiento hecho por la Federación Liberal para presidir esta operación política, dijo que contestará en el momento oportuno, aunque probablemente no antes de fin de año.

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