Cuatro mil niños insuficientemente atendidos por la Administración
«Quizá la situación actual mejore definitivamente cuando se convierta en simple asistencia al ciudadano lo que hoy se realiza como acto de beneficencia», manifestó Pilar Ariño Giménez, directora provincial del INAS, que ha tomado posesión de su cargo recientemente,La situación actual, gracias a la postura de la Administración, significa que posibles casos de desnutrición o avitaminosis no desaparecerían y hasta podrían aumentar, que la enseñanza continuará dentro de la línea de mediocridad que aqueja al conjunto educativo, en general, y que tampoco podrán impartirse enseñanzas complementarias en los tiempos de ocio, para miles de niños que, en régimen de internado, viven desconectados de sus padres y familiares.
«Llevo tan poco tiempo como directora provincial que no puedo precisar ciertos aspectos. Hasta el momento, por lo que he visto, yo diría que la alimentación es digna, pero desconozco pormenores; Igual podría manifestarme sobre la plantilla médica: la dotación de personal y material parece satisfactoria en cuanto a calidad. En una de mis primeras visitas he visto a una niña de dos meses con síntomas de considerable retraso físico, pero parece deberse más al hecho de que fue abandonada por sus padres y ya sufría trastornos cuando fue recogida en el hogar-cuna. En general, el mayor problema es la falta de potenciación de las actuales posibilidades.»
Para comprender mejor la problemática de este organismo y de los centros de beneficencia que controla, no se puede soslayar su proceso histórico.
Organismo siempre autónomo, y más o menos oficializado, según las épocas, tiene su origen en aquel Auxilio Social -nombre por el que prácticamente aún se le conoce hoy día-, dependiente de la Secretaría General del Movimiento. Su constitución como Instituto Nacional de Asistencia Social data de tres años escasos y, en principio, dependía de la Dirección General de Asistencia Social, del Ministerio de la Gobernación. En abril de este año la Dirección General de Asistencia Social se fusionó con la Dirección General de Servicios Sociales del Ministerio de Trabajo. Y, por fin, en julio, dicha dirección general pasa al Ministerio de Sanidad.
Proyecto y parálisis
Al parecer, existe el proyecto de crear un macroinstituto que se podría denominar Instituto Nacional de Servicios Sociales, el cuál absorbería tanto las actuales funciones del INAS como de otros servicios, a fin de abordar, con una óptica de verdadera asistencia y corrección, los problemas y las lacras sociales existentes, lejos de practicar la diseminada acción benéfica que desde diversos organismos se ha practicado en etapas anteriores y que todavía está vigente.
Mientras tanto, el INAS, y los 4.000 niños que protege ven paralizado su desarrollo porque la Administración no permite la contratación de nuevo personal docente o asistencial, en general, ni eleva el exiguo presupuesto de mantenimiento.
«Gran parte de los niños a los que el INAS presta educación y asistencia proceden de situaciones familiares traumáticas. De por sí, ya esto sólo exigiría una especial dedicación. Pero, es más, estos niños, cuando se encuentran en régimen de internado, necesitarían que las horas de ocio se les llenaran con otras actividades que potenciaran sus aptitudes y aficiones, que los realizaran más integralmente», comenta Pilar Ariño. « Sin embargo, nos encontramos en ese punto de parálisis de no poder hacer más por falta de medios. »
El INAS mantiene 35 centros en Madrid: comedores infantiles, clubs de ancianos, hogares infantiles (uno de ellos hogar-cuna), de educación especial, residencias guarderías.
A excepción de los ancianos, los beneficiarios de estos centros, en su mayor parte, son hijos de madres solteras, apátridas, alcohólicos, enfermos mentales y otros enfermos, viudos, padres fallecidos en accidentes o por otras causas, y familias cuyos ingresos económicos son mínimos.
Las cuotas de los internados no exceden de las 1.200 pesetas mensuales. Y las de las guarderías no sobrepasan las 750 pesetas mensuales. Un sistema de diferentes tipos de exenciones sirve para que dichas cuotas se reduzcan considerablemente. En los internados, el problema afectivo de los niños, abandonados por sus parientes o separados de ellos, es «muy grave», en palabras de la directora provincial. «Por eso, además de las horas de visita, se recomienda a las madres y familiares de los niños que los lleven con ellos durante los fines de semana y en vacaciones. El proceso de desarrollo, tanto físico como mental, es mucho, mejor en los casos en que los niños frecuentan más a sus familiares. No obstante, y sobre todo en el hogar-cuna, en que los niños están hasta los tres años, se observa que muchas madres o familiares se retraen a llevarse a los niños durante más de algunas horas. Se ve que los niños resultan incómodos.
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