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Pilotos civiles se encierran en Baraja para protestar su situación de subempleo

Medio centenar de pilotos civiles se encuentran encerrados en la terminal internacional del aeropuerto de Barajas en defensa de sus derechos profesionales y laborales. Este colectivo, alrededor de doscientos pilotos en toda España, está siendo explotado por distintas compañías en su actual situación, al tiempo que ve crecer las dificultades para incorporarse a las grandes compañías de transporte y líneas aéreas, cuya demanda de profesionales se cubre principalmente en nuestro país con pilotos, procedentes de las academias militares.

Los pilotos civiles, que hace dos meses constituyeron una comisión y entablaron negociaciones -hasta ahora infructuosas- con la Subsecretaría de Aviación Civil, decidieron ayer iniciar un encierro indefinido hasta que la Administración les dé una solución por escrito a sus reivindicaciones, según declararon ayer miembros de la citada comisión a este diario.La situación de estos profesionales, que llevan entre cinco y siete años ejerciéndola en actividades como la fumigación, la fotografía aérea o como monitores de aeroclub, se ha agravado con la creación de la Escuela Nacional de Aeronáutica en sustitución del antiguo plan de la Escuela de Polimotores del Ejército del Aire. Esta escuela, que es la encargada de otorgar el título de piloto comercial primera (vuelo por instrumentos), convoca anualmente 36 plazas para cursar oficialmente estos estudios, lo cual -según la comisión- es muy inferior a la demanda y favorece el acceso de los pilotos militares a las líneas aéreas civiles. Entre unos y otros se encuentran estos doscientos pilotos civiles, muchos de ellos en posesión de títulos extranjeros que los capacitan para vuelo por instrumentos y que aquí no se les convalida sin previos exámenes, para quienes -en régimen de libres- la Escuela Nacional de Aeronáutica convocó exámenes en abril (aprobaron ocho de los 107 que se presentaron) y octubre (convocatoria ampliamente boicoteada) en la base aérea de Matacán.Para acudir a estos exámenes se les exigen unas horas de vuelo, y la hora de vuelo más barata -según la comisión- cuesta 3.000 pesetas. Por ello, las firmas que se dedican a la fumigación o a la fotografía aérea les pagan muy poco o incluso -en algunos casos- ni les pagan Es una pescadilla que se muerde la cola, máxime cuando tienen obligación de cubrir una serie de horas de vuelo anuales para quie se les renueven las licencias que ahora disfrutan. Luego, según los miembros de la comisión de los pilotos de la áviación civil, llegan a los exámenes y les hacen volar en aparatos que no han podido conocer hasta una hora antes del examen. « Es como trabajar en la conducción de un seiscientos y que te obliguen, sin familiarización alguna, a examinarte de maniobras con un camión con trailer.» Nosotros no tenemos derecho, diría uno de los afectados, a realizar las horas de vuelo que se nos exigen en la flota de la Escuela Nacional de Aeronáutica, que además de pagarla todos los españoles, es con la que se nos examina.

Por otra parte, el actual cambio de plan no respeta de una convocatoria a otra la superación de las pruebas teóricas y los discrimina con sus compañeros de anteriores promociones. La comisión de pilotos de Aviación Civil exige, en suma, un período transitorio de dos años y ocho convocatorias entre un plan y otro, acceso a , la flota aérea de la Escuela Nacional de Aeronáutica y mejores condiciones de trabajo. «Estamos viviendo de créditos.» El problema de fondo, comentan, es que la aviación civil tiene que ser eso, civil, y estar regida por civiles; aunque los pilotos militares puedan acceder a ella «pero en igualdad de condiciones a los de formación civil».

Los pilotos encerrados en Barajas han enviado telegramas dando cuenta de sus reivindicaciones y su actitud de protesta al presidente del Gobierno, al ministro de Transportes y al subsecretario de Aviación Civil.

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