"Los marginales son los portavoces de los cambios de la sociedad"
Félix Guattari: El discurso del deseo, tal como explotó entonces, no cayó del cielo. En mi caso, el trabajo cotidiano con siquiatrizados me llevaba a desconfiar mucho del discurso de organización: el de gente que pretende hablar en nombre de los demás, darles las cosas pensadas, guiarles, controlarlas. Los marginales son los portavoces de las aspiraciones de la sociedad a cambiar de estilo de vida, de relación al trabajo, al cuerpo, al entorno. Ven censurado su discurso, tanto por el poder de Estado como por los aparatos burocráticos de la izquierda, los sindicatos e, incluso, muchos grupúsculos.EL PAIS: Después del Anti-Edipo, después de El sicoanalismo, de Castel, está claro cuál es el papel institucional del sicoanálisis.
F. G.: Cualesquiera que sean las confusiones teóricas en las que se enreda, la práctica sicoanalítica tiene una temible eficacia. Mucha gente, perdida en su soledad, está dispuesta a entregarse, en cuerpo y alma, y también, no lo olvidemos, en cuerpo y bienes, a alguien que por su simple presencia resolvería todo aquello que le angustia y le hace la vida imposible. El sicoanálisis es como la televisión: algo que apaga la ciudad de los problemas verdaderos. En la televisión dependes de la autoridad que te «explica» las cosas, Del mismo modo, lo que le digas al sicoanalista es sistemáticamente vaciado de su sentido práctico y político. No le hace falta siquiera intervenir mediante la interpretación para que tu discurso se torne impotente. Esta técnica ya no les está reservada a los ricos (gabinetes privados). Ahora la difunden todos los establecimientos de infancia inadaptada. También las emisoras cuentan estupideces increíbles a propósito de los casos referidos por los auditores...
Sí, el sicoanálisis lleva camino de convertirse en la teoría de referencia para las operaciones de encuadramiento de las masas, para hacer que todos se sometan al modelo establecido: trabajador, cuadro medio, mujer de cuadro medio, ama de casa, buen padre, padre de alumno, etcétera. El sicoanálisis propone modelos de sometimiento, y experimenta tipos sofisticados de represión. ¿Qué mejor para los poderes establecidos que una represión que ya no necesita de porras, de cárceles o incluso del mando de un amo? ¿Y qué es, sino esto, eI mito central del sicoanálisis, el de la castración asumida?
EL PAIS: Pero, ¿el Edipo existe?
F. G.: Claro que sí. Incluso nunca conseguimos salir de él, puesto que todo nos remite al encuentro absurdo con polos de referencias familiares que ni siquiera logran existir en la realidad. Pero en cuanto uno quiera orientarse hacia otra micro-política, puede hacer que deje de existir el complejo de Edipo. Un niño, por ejemplo, se mea en la cama. ¿Va uno a creerse que su problema se reduciría tan sólo a su relación con el padre simbólico y con la madre imaginaria? ¿Es que no interviene, también, su relación con sus vecinos, con su maestro en la escuela, y también la relación de su padre con el patrono, la de su madre con la vivienda, y la posibilidad para él de construir su vida, de encontrar una salida, algo que le permita agarrarse por donde sea a un mundo real, a un mundo al que valga la pena el agarrarse, y que merezca ser vivido?
'Emerge la democracia autoritaria'
EL PAIS: ¿Y cuando ese mundo es la Europa que conocemos?
F. G.: La lista de militantes de, extrema izquierda detenidos o perseguidos se alarga de manera impresionante; Alemania, Portugal, Italia. Grecia. Con la ejecución de los presos de Stammheim, Alemania restablece la pena de muerte, sólo que encubierta (policías paralelas). Pero ¿se trata tan sólo de un mal rato que pasar? Me temo que no. Emerge un nuevo tipo de sistema político, la democracia autoritaria, que ya no funcionará sobre la alternancia izquierda/ derecha, sino mediante la integración de los aparatos de los partidos de izquierda y de los sindicatos al poder de Estado. No me parece una casualidad que sean Schmidt y el SPD quienes monten cárceles especiales, propongan leyes liberticidas y persigan a los abogados llegando incluso a acosarles en Francia. O que en Italia, el PCI y el PSI, corresponsables de la ley Reale sobre orden público, aplaudan las medidas policiacas contra las «guaridas» de la extrema izquierda.
'A los nuevos filósofos les falta talento'
EL PAIS: Hace unos días, Glucksmann escribía que para él, Schmidt y Baader son los dos rostros de un mismo afán de poder. Razonamiento caro a los llamados nuevos filósofos.
F. G.: Esa gente utiliza las dificultades que tiene el movimiento obrero con sus aparatos burocratizados, con sus teóricos dogmáticos, con los aparatos deEstado burocráticos (el Gúlag), no para ayudar a las clases obreras y a las masas oprimidas, sino para hundirlas aún más. En nombre de la moral universal, equiparan la violencia de los opresores a la de los oprimidos. Esto lo viene oyendo el movimiento obrero y revolucionario desde sus orígenes, y no tendría el menor interés si no hubiera de por medio un enorme montaje. La burguesía ha conseguido reclutar a un puñado de intelectuales pretenciosos, que han aceptado, con total impudor, el ponerse a su servicio. Pero si piensas en los grandes nombres de la derecha de antes de la guerra, te das cuenta de hasta qué punto a estos de ahora les falta talento.
EL PAIS: El camino que usted propone, obviamente, es el opuesto.
F. G.: El mismo capitalismo es, aunque de manera muy relativa, rizomático, más, desde luego, que los aparatos ultra-centralizados que pretenden imponer sus decisiones desde arriba, y dirigir a las masas. Se trata ahora de ir creando máquinas de guerra revolucionarias; de conectar las autonomías, en lo que Bachelard flama un pluralismo coherente. Ni «unificación», ni «centros directores», sino convergencias, en las que también caben los grupos políticos, siempre que sea el movimiento el que los instrumentalice a ellos. Lo que la Coordinadora de Marginados Sociales está haciendo aquí me ha parecido importante. Aparte de lograr que desaparezca la reaccionaria ley de Peligrosidad Social, es de esperar que su lucha les dé ideas a compañeros de otros países.
EL PAIS: ¿Qué formas organizativas considera usted posibles hoy?
F. G.: Hemos creado los comités de enlace contra la represión. Harán circular información, tanto sobre problemas represivos, como sobre cuestiones teóricas o políticas ligadas a la evolución de las luchas de clase en Europa, y ello sin imponer, por supuesto, ninguna línea o doctrina. Les proporcionarán un eco internacional, a iniciativas locales. Apoyarán acciones contra la represión, como el encuentro de Bolonia, o como el que ahora, por solidaridad con los compañeros alemanes, se prepara en Francfort (allí se hablará no sólo sobre represión, sino también sobre ecología, radios, siquiatrizados, mujeres, presos, etcétera). Por último, ante casos particularmente escandalosos, los comités de enlace se constituirán en comisiones internacionales de investigación. Ahora empieza a funcionar una comisión internacional de investigación para esclarecer la ejecución de los presos de Stammheim. El cuestionario que hemos preparado consta de 46 preguntas, respecto a las cuales exigimos una respuesta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.