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El presidente Giscard, en busca de un "programa común" de la mayoría

Ayer, el primer ministro francés, Raymond Barre, celebró con el pleno de su Gabinete la primera reunión para elaborar una especie de «programa común» de la mayoría gubernamental, que le será presentado a los franceses a principios de 1978. La iniciativa del presidente de la República no satisfaría al señor Barre y va contra los deseos del líder gaullista y alcalde de París, Jacques Chirac.

Si el «programa común» de la oposición de izquierda ha sido el germen de la desunión, o el pretexto de los comunistas para separarse de los socialistas, la cuestión de un programa de legislatura de la mayoría, que pretende ofrecer al país el presidente de la República, reaviva una vez más las tensiones entre los giscardianos y los chiraquistas, las dos componentes más importantes de la derecha gobernante. Pero un tercer elemento de discordia empieza a configurarse, cada día más apreciable, en el mismo sector: las ambiciones políticas de «un cierto Raymond Barre», título del primer libro que acaba de aparecer sobre el actual jefe de Gobierno.Sólo el presidente desea atar a la mayoría gubernamental con un programa que le ayudaría a controlar las ambiciones encontradas de los líderes de la derecha hasta el final de su mandato de siete años. El RPR (Unión por la República) del señor Chirac "no tiene intenciones de asociarse a tal proyecto», anunció días pasados el alcalde de París. El primer ministro, por su parte, desearía anunciarles a los franceses unos simples «principios de acción». Barre, como su antecesor, quiere atravesar los comicios legislativos con las manos libres. El señor Chirac y su partido viven un momento difícil, tras el naufragio de la Unión de la Izquierda, que parece haber aprovechado el Partido Republicano, inspirado por el presidente de la República. Según los últimos sondeos, este último está subiendo, mientras el RPR patina, nadie imagina que el alcalde de París se resigne y cada cual se pregunta por el «golpe», que pudiese preparar, de manera más o menos inmediata, para volver a la vanguardia de la actualidad. El «programa común» de la derecha, que a su pesar va a confeccionar el primer ministro pudiese constituir el pretexto para una nueva explosión en la derecha.

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