Conato de división entre los vecinos de "hotelitos" respecto a la ordenanza cuarta
Por primera vez, al iniciarse el tercer mes de período de información pública del tema de los hotelitos, el Ayuntamiento ha conseguido más puntos que en todo el tiempo anterior frente a su oponente, el colectivo de habitantes de las colonias.
Y, tal como ha empezado este acto, con una hábil estrategia de las autoridades municipales, que ha logrado sembrar la duda y la división en los vecinos, no sería de extrañar que, al final del plazo, el Ayuntamiento consiguiera aprobar la modificación de la ordenanza cuarta, aunque para ello cediera en algunas cláusulas. Entonces, habría que empezar a decir adiós al actual paisaje de estas colonias y hacerse a la idea de que el 13% del suelo urbano madrileño pasará a tomar forma de colmena humana, a medio y largo plazo.En una convocatoria un tanto informal hecha por teléfono por parte de una secretaria o de visitas de empleados municipales a las colonias de hotelitos, se convocó una comisión de representantes para entrevistarse con el gerente municipal de Urbanismo, el jueves pasado, día 10, a las seis de la tarde.
A la cita acudieron quince representantes. En cierta manera estaban contentos, pues, al fin, el Ayuntamiento se avenía a dialogar con ellos. Y, en cierta manera, se hallaban intrigados, pues desconocían el motivo concreto de la llamada del señor Barriga.
Pasados a la sala de juntas, fueron recibidos por dos técnicos, los señores Ovilos y Revilla, responsables respectivamente de los departamentos arquitectónico y jurídico. Estos, de entrada, dijeron que el gerente llegaría más tarde, para saludar a los invitados, pero que les había encargado que fueran ellos quienes aclarasen todas las dudas de tipo técnico que tuvieran.
Fue un momento de sorpresa y decepción para los representantes de las colonias, ya que, no sólo no comparecía la persona que los había llamado, sino que, desde la esfera de la autoridad municipal, se volvía a dar por supuesto que ellos desconocían el alcance de la modificación de la ordenanza cuarta pretendida por el Ayuntamiento. Por tanto, hicieron saber a los dos técnicos que ellos lo tenían todo muy claro y que no estaban allí porque tuvieran nada nuevo que decir sino a la espera de lo que hubiese de comunicarles el gerente. «Nuestra postura está perfectamente expresada en las alegaciones que ya se les han presentado.»
Por un instante, los representantes de los hotelitos estuvieron a punto de marcharse. Temiéndose algo así, habían llegado a ese acuerdo poco antes de entrar, pero pudo más la cortesía.
Los técnicos explicaron que la convocatoria estaba hecha en base al artículo cuarto de la ley del Suelo, que recomienda el diálogo con los afectados. Por la misma razón se había ampliado en un mes más el plazo de información pública.
Los representantes de los hotelitos admitieron, por fin, conversar y, en primer lugar, opinaron que esta convocatoria de ahora era por donde se debía haber empezado, antes de aprobar la modificación de la ordenanza cuarta.
Divide y vencerás
A partir de aquí, la conversación podría resumirse de la siguiente forma:Explican los técnicos que la modificación de la ordenanza fue promovida por reiteradas peticiones de la Coplaco, además de haber advertido el propio Ayuntamiento la necesidad de resolver el problema de algunos hotelitos, que habían quedado fuera de ordenación a causa de normativas posteriores a las de su creación.
Los representantes de hotelitos replican que la solución de esos casos concretos se podría encontrar en otras fórmulas en vez de convertir las viviendas unifamiliares en colectivas, lo cual implica un cambio de densidades y de usos con evidente deterioro de las colonias, de su entorno y de Madrid en general.
Los técnicos no entran en esta cuestión de fondo, clave del asunto, y dirigen la conversación, empecinadamente, hacia la necesidad de establecer un diálogo que clarifique qué puntos aprovechables hay en la ordenanza que se pretende y cuáles no. «Ya ha dicho el Ayuntamiento que no la aprobará definitivamente contra el consenso de la mayoría, pero podemos ver si podría interesar dejar como está el proyecto inicialmente aprobado respecto a algunas colonias cuya delimitación no es clara, y aplicar para el resto únicamente la disposición transitoria.» La disposición transitoria aludida habla de permitir obras de mejora en los hotelitos, cosa prohibida con la legislación vigente.
Llevado el tema a este punto surgió la división de criterios entre los representantes de los hotelitos por primera vez en todo el tiempo de oposición transcurrido. Mientras unos, tajantemente, expresaron que el Ayuntamiento ya ha tenido suficientes pruebas sobre la negativa vecinal a la modificación y que, por lo tanto, se impone retirar lo aprobado y recomenzar de nuevo con el estudio de unas normativas aplicadas a cada colonia en concreto, otros no veían con malos ojos el revisar el texto y admitir, por ejemplo, esa disposición transitoria.
El sector opuesto por completo al plan municipal hizo ver cómo se les pretendía convencer con un caramelo para permitir un plan que, antes o después, convertiría las colonias, o parte de ellas, o determinados solares de sus entornos, en zonas supermasificadas.
Los técnicos, animados por el sector que había hecho algo de eco a su sugerencia -tan sólo dos o tres personas- insistieron en la conveniencia de hablar con más calma de todo esto.
El único olvido del señor Barriga
Fue entonces cuando apareció el gerente, avisado por los técnicos, pues a lo largo de la charla se vio la necesidad de su presencia en varios momentos.El señor Barriga dijo tres cosas principales: «Reconozco que no haber empezado por hablar con ustedes, antes de elaborar este plan, ha sido un error. Un error mío. Es la única vez, en el tiempo que llevo como gerente, que no he convocado previamente a los afectados.» La segunda fue: «Si he dicho que los habitantes de los hotelitos no se habían leído la ordenanza es porque algunos me han pedido arreglos en sus casas que no se pueden hacer legalmente, pero que, con esta modificación, podrían hacerse y, sin embargo, se muestran contrarios a ella.» Entonces le preguntaron también a él si es que no había otra forma mejor de resolver ese problema que cambiar el carácter y el uso de todas las zonas, a lo que dijo: «Yo creo que ésta es una buena forma, pero supongo que puede haber otras. Por eso estoy aquí. »
Y quedaron en reunirse otra vez el viernes, día 18, a la misma hora. La Gerencia, en vez de recomendar al pleno que retire la modificación, como se pide en todas las alegaciones y se le pidió el jueves, pretende convencer a los vecinos de que hay puntos aprovechables en el texto que se debate.
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