Los trabajadores de Aviación Civil, dispuestos a paralizar el tráfico aéreo
«Los trabajadores de la Subsecretaría de Aviación Civil no queremos la huelga, pero la Administración no nos ha dejado otra salida, y el próximo día 11 pararemos con todas las consecuencias», manifestó ayer -en el transcurso de una rueda de prensa- la comisión negociadora estatal del personal no funcionario de dicho departamento.
Miembros de la citada comisión expusieron, con ciertos tintes de indignación, que en dos ocasiones, desde que el pasado 7 de mayo hicieran públicas sus reivindicaciones, se les había, literalmente, engañado, y que ahora no estaban dispuestos a desconvocar -como en los primeros días de octubre- la huelga. «Se nos pidió paciencia y creemos haberla demostrado, así como nuestro, espíritu de colaboración y responsabilidad. Pero la Administración, el Ministerio de Transportes, se comprometió públicamente, en un comunicado elaborado conjuntamente con nosotros por el propio ministro señor, Lladó, a estudiar y resolver nuestros problemas con urgencia, a cambio de que nosotros desconvocáramos la huelga. Así lo hicimos y el Ministerio ha incumplido.»La ordenación del futuro de este personal, según se acordó, se estudiaría por comisiones mixtas de la Administración y los trabajadores, que, de hecho, comenzaron a reunirse y a elaborarlo desde las fechas inmediatas al acuerdo. El 31 de octubre, sin embargo, aparece en el Boletín Oficial del Estado una orden ministerial unilateral, en la que no se tiene en cuenta los trabajos de la comisión mixta ni se contemplan las tablas salariales prometidas (30.000 pesetas mensuales para las categorías inferiores), según los representantes de los trabajadores, y ahora «se nos dice que no se nos puede subir por el pacto de la Moncloa».
Nosotros no tenemos una postura definida con respecto al pacto; hay compañeros qué lo aceptan y compañeros que se oponen, pero en lo que estamos todos de acuerdo -se afirmó en la rueda- es que nuestros salarios deben dignificarse tal como estaba acordado con anterioridad a la firma del pacto para hacer frente, precisamente, a las consecuencias de los citados acuerdos. «En la Subsecretaría de Aviación Civil se nos han deteriorado los salarios, desde abril, en, un 30 %, y hay muchos compañeros con salarios inferiores a las 20.000 pesetas.»
Hasta ahora, afirmaron más adelante, nos hemos mostrado comprensivos con el Ministerio de Transportes por dos razones: 1.º) sabíamos las dificultades del trasvase de la jurisdicción militar a la civil, y 2.º) porque apreciábamos buena disposición para el arreglo de nuestros problemas. Sin embargo, ahora, añadieron, pensamos que el señor Lladó y su Ministerio tenían suficientes resortes para solucionar nuestras reivindicaciones y no lo han hecho.
«Si ya en mayo, cuando todavía dependíamos de la jurisdicción militar, acordamos la huelga, ¿cómo no la vamos a afrontar hoy, aunque nos militaricen? Esta actitud, como comprenderán, es el claro exponente de la gravedad de nuestra situación.»
Luego, concretando sobre las consecuencias de la huelga, afirmaron que paralizará todo el tráfico aéreo (no sólo los aeropuertos), excepto el militar, ya que agrupan al 84 % del personal de la Subsecretaría, y sus misiones -muy cualificadas, y por ello poco susceptibles de sustituir de inmediato por militares- van desde el mantenimiento de instalaciones de ayuda a la navegación y aeropuertos, pasando por los servicios de seguridad (vigilancia, servicio contra incendios, sanidad), tráfico de aeronaves en tierra, talleres de reparación, hasta los parques de almacenamiento. «Nosotros somos -dirían con cierta arrogancia- la Subsecretaría de Aviación Civil.» Insistieron mucho en solicitar disculpas a los usuarios, dieron seguridades de mantener unos comités técnicos de huelga para emergencias y aseguraron su petición a la Administración; ellos, por su parte, habían dado cuenta a los sindicatos extranjeros de que comunicaran a las diferentes compañías el paro, ya que ellos declinaban cualquier responsabilidad sobre accidente o incidente que pueda producirse como consecuencia del paro.
El subsecretario de Transportes, Ignacio Bayón, declaraba a Europa Press, por otra parte, que «el Ministerio no puede hacer efectivo el compromiso moral adquirido en octubre sobre mejoras salariales porque lo impide el pacto de la Moncloa, ya que las retribuciones de este personal ha crecido el 28 %, mientras que los acuerdos fijan el 25 %». El consenso nacional que ha respaldado el pacto de la Moncloa, según el señor Bayón, está por encima del compromiso de estos trabajadores con la Administración. Respecto a la posibilidad de militarizar al personal, caso de producirse la huelga, el subsecretario dijo a la agencia que hasta el momento el tema no ha sido estudiado y que está pendiente del resultado de las negociaciones que se están llevando a cabo para que el paro no se produzca.
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