Entonada actuación de los diestros españoles en América

La participación de los toreros españoles en la temporada americana empieza a ser entonaday de los festejos celebrados, en aquellas plazas el pasado fin de semana, hay que destacar los triunfos obtenidos por el Niño de la Capea, en Venezuela, y Curro Vázquez y Paco Alcalde, en Lima. Manzanares, por el contrario, continúa sin encontrar su sitio, y su balance artístico ha vuelto a concretarse en ovaciones.Se anuncia ya la gran feria de Quito, que empieza este mes de noviembre con mayoritaria intervención de toreros españoles, entre los que figura Sebastián Palomo Linares, el cual va a ser dado de alta muy en breve de la grave cornada que sufrió en Zaragoza, e iniciará de inmediato su recuperación. También ha sido contratado para esta feria Miguel Mateo Miguelín, el cual se consideraba retirado definitivamente del toreo, pues ha permanecido inactivo durante toda la temporada.

Finalmente debe consignarse que el mayor éxito taquillero y artístico lo han conseguido «El Bombero Torero y sus Enanos», quienes el domingo último pusieron, por segunda vez, el cartel de «No hay billetes» en la Monumental de México,

Lima. Feria del Señor de los Milagros. Cuatro toros de Jaral del Monte, uno de Huando y otro, de Chuquizongo. Curro Vázquez, oreja y palmas. Rafael Puga, silencio y pitos. Paco Alcalde, silencio y dos orejas simbólicas del sexto, al que se perdonó la vida por su bravura.

En la cuarta corrida se lidiaron toros de Yencala, Huaca Y Viña, peligrosos y mansos. El diestro Juan José, silencio en su primero y bronca en el segundo. Antonio José Galán, aplausos en el primero y silencio en el segundo. Niño de la Capea, pitos en el primero y silencio en el segundo.

Valencia (Venezuela). Primera corrida de la Feria de la Naranja (sábado). Toros de Ernesto Gutiérrez, bravos. Curro Girón, palmas y bronca. Niño de la Capea, oreja en ambos. Nimeño II, oreja y ovación. Segunda de feria (domingo). Cuatro toros de Mimihuapan y dos de Garfias. Curro Rivera, pitos en su lote. José Mari Manzanares, ovacionado en el suyo. Rayito de Venezuela, silencio y ovación.