La protección de la naturaleza debe comenzar en la escuela
Más de doscientos delegados de 66 Estados miembros de la Unesco y una veintena de representantes de organizaciones internacionales no gubernamentales, han estudiado en profundidad los principales problemas ambientales en la sociedad contemporánea y cómo se ha de enfocar, como primer paso, la educación ambiental a todos los niveles, regional, nacional e internacional. La representación española estuvo presidida por Pedro de Miguel y participaron, asimismo, el catedrático de ecología de la Universidad Autónoma e Madrid, Fernando Gonzáles Bernáldez y como delegado observador, el coordinador del Centro Internacional de Ciencias Ambientales (CIFEA), Manuel Luna.La Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental de Tiblis tuvo su punto de partida en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente celebrada en Estocolmo, en 1972. Allí se marcó la pauta a seguir en la educación ambiental a todos los niveles. Una acción urgente a corto plazo: formar a través de cursos y seminarios a las personas que directa o indirectamente intervienen en la toma de decisiones, necesarias para colaborar en la aplicación de las políticas ambientales de los distintos países. A largo plazo: una educación a todos los niveles, iniciándose en la enseñanza primaria hasta la universitaria. En Estocolmo se crea el primer organismo de acción a nivel internacional, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y en España nació el Centro Internacional de Formación de Ciencias Ambientales (CIFCA), cuya esfera prioritaria es la educación.
Educación ambiental
En la conferencia de Tiblis se ha señalado que los países industrializados exportan sus problemas ecológicos hacia el Tercer Mundo. Necesitamos de divisas. Al propio delegado de Australia no le dolieron prendas el reconocer que su país importaba madera de Filipinas, Malasia y otros países, con lo que la destrucción forestal se transfiere de unos países a otros. El observador español, Manuel Luna, participa de la misma opinión y considera que es necesario aceptar que la degradación del medio ambiente es culpa de todos los países. « De los países industrializados -nos dice- por exceso de desarrollo de los países deprimidos, por su propia pobreza, el mal uso de los recursos naturales y la falta de técnicas adecuadas. Por eso considero que la conferencia de Tiblis ha sido muy importante, ya que se han aprobado una serie de principios que establecen a nivel internacional un lenguaje común»De las 37 recomendaciones finales de la conferencia a los Estados miembros, destacan los siguientes objetivos como pautas para la política de educación sobre el medio ambiente:
1. Considerar el medio ambiente en su totalidad, es decir, en sus aspectos naturales y creados por el hombre, tecnológicos y sociales.
2. Constituir un proceso continuo y permanente que debe comenzar a partir del grado preescolar y proseguir a nivel de la enseñanza formal y no formal.
3. Aplicar un enfoque interdisciplinario, aprovechando el contenido específico de cada disciplina, de modo que se adquiera una perspectiva global y equilibrada.
4. Examinar las principales cuestiones ambientales desde los puntos de vista local, regional, nacional e internacional, de modo que los educandos se compenetren con las condiciones ambientales de otras regiones geográficas.»
Asimismo, en Tiblis se ha recomendado una especial asistencia a los países en vías de desarrollo, a la preparación y extensión de programas experimentales en el campo de la educación ambiental, la metodología y el desarrollo de los planes de estudio y a que se preste suficiente atención a los problemas urbanos y rurales que quedan fuera de los programas de educación escolar, con el fin de que reciban la misma consideración a través de una campaña de los medios de comunicación de masas.
Interés por el Tercer Mundo
Hubo especial interés por la naturaleza de los problemas ambientales en Africa, que tiene su origen en los bajos niveles de alfabetización, en falta de personal cualificado, por lo que se pretende fortalecer en dicha región los proyectos existentes sobre educación ambiental prestando toda la ayuda necesaria a los centros ya existentes.«Si bien la conferencia ha trazado unos claros programas» -nos señala, finalmente, Manuel Luna-, «ahora el problema es cómo llevarlos a la práctica, ya que existen muchas dificultades para compaginar las ciencias naturales y los medios creados por el hombre. La integración de ambos, en beneficio del medio ambiente, sólo puede llevarse a cabo a través de programas flexibles y experimentales. La educación ambiental nos afecta a todos y debe hacerse un enfoque interdisciplinario, ya que no se trata de una disciplina más, tiene que estar orientada a la solución de problemas y no puede resolverse sin tener en cuenta el contexto económico, social y cultural de cada país y de cada región ».
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