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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Ya somos adúlteros

Lo tengo escrito por ahí: el señor Suárez se cree que ha hecho una gracia con despenalizar el adulterio. Ahora lo que tiene que hacer es dar facilidades.Digo, y digo bien, que tiene que dar facilidades porque en este país lo que impide el adulterio no es el Código, sino la falta de pisos. Me lo dijo una vez una madre de siete niños, con premio de natalidad entregado en mano por Franco:

-Yo también le amo a usted cantidad, Umbral, pero con esta escasez de pisos no tenemos dónde vernos. Nuestro amor es imposible.

Nuestro amor era imposible por culpa del Ministerio de la Vivienda, aunque recuerdo que una vez Josep Meliá, siendo jefe de prensa de ese Ministerio, o algo así, me escribió una carta explicándome las grandes realizaciones del Régimen al respecto. Y conste que yo no le pedía a Meliá un piso para realizarme con aquella madre multípara, sino que había escrito un artículo sobre el tema eterno de las chabolas y los pisos vacíos, ese artículo que escribimos los columnistas españoles el día que estamos con la empanada, o sea mental, y no se nos ocurre otra cosa. La tira.

Ahora ya saben ustedes que la familias decentes han decidido ocupar los pisos vacíos, que sue len ser de un señor que tiene siete. Me parece bien, me parece justo, pero adónde va un adúltero con su adúltera, cómo ocupa un piso vacío exhibiendo el decreto de despenalización del adulterio por parte de Suárez. Mientras no añada usted a la cosa un plan para hacerjusticia en el problema de la vivienda, el adulterio, aunque despenalizado, seguirá siendo imposible en el país, señor presi.

Con la ocupación de pisos vacíos o la trashumancia sexual de los adúlteros, se dan en Madrid situaciones de lonesco o del gran Mihura. La señorita Carmen Fuentes, periodista, va a casa de Mihura muerto y dice que un senador le ha dicho:

-España debiera conmoverse con la muerte de Mihura como Francia se conmovió con la muerte de lonesco.

España se está conmoviendo mucho más, señorita Fuentes, porque lonesco sigue vivo, o sea que Francia no se ha conmovido nada con su muerte. Son cosas del periodismo. Miguel, nuestro gran maestro, hizo una comedia titu lada A media luz los tres cuando del adulterio no se podía ni hablar en este país. El título era una suges tiva variante del a media luz los dos del tango. Aquí los nacionales hemos sabido que había adulterios por los tangos arge fitinos. Ni siquiera por las películas de Clark Gable, porque en las películas de Clark.Gable, el señor Arias Salgado, o quien fuese, hacía her manos a los amantes. Todos he mos conocido el incesto antes que el adulterio, en España, gracias a Arias Salgado y al Ministerio de la Vivienda, porque como había pocos metros cuadrados uno acababa enamorándose de su prima carnal, a la que veía a todas horas en combinación.

-La democracia es una larga tarea, mon petit -me dijo Sartre en París mientras esperábamos a Simone de Beauvoir, que estaba terminando de escribir El segundo sexo.

La democracia es una larga tarea, señor Suárez, y las progres españolas lectoras de Simone de Beauvoir han conseguido ahora la despenalización del adulterio. Usted y los suyos han hecho lo que han podido, jefe, supongo que a pesar de Tarancón, al que Paco Salve llama frívolo, él sabrá por qué, pero ahora, como digo, tiene usted que dar facilidades, presi, que el motel es caro y las jais se retraen, el apartotel es un corte y sólo se puede ser adúltero quincenal en agosto, cuando la señora está en Benidorm oreándose la celulitis.

Unos problemas traen otros y detrás del problema del adulterio está el de la vivienda, que si las parejas no encuentran adonde ir, con la píldora por libre y sin prole, ya me dirá usted los familiones pramiado por Franco con la venera a la natalidad. Sin siete niños detrás pidiendo pan le falta al adúltero fuerza moral para ocupar un piso vacío de Banús o de quien sea. Ahora a lo de la vivienda, presi.

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