Moscú confirma el cese de sus envíos de armas a Somalia
La URSS admitió ayer, públicamente, por primera vez que ha suspendido los suministros de armas a Somalia, mientras continúan las luchas en el desierto de Ogaden entre guerrilleros somalíes, apoyados por su Gobierno, y las tropas etíopes, con apoyo soviético.
En el curso de una conferencia de prensa retransmitida por la emisora oficial Radio Etiopia y reproducida en los diarios gubernamentales, el embajador ruso en Addis Abeba, Anatol y Ratanov dijo que «oficial y solemnemente, la URSS ha suspendido el suministro de armas a Sornalia» aunque abastece ahora a Etiopía de «armas defensivas para proteger su revolución».Esta es la primera declaración oficial de Moscú en el sentido de que la URSS haya suspendido los envíos a Somalia mientras envía tanques, aviones, vehículos blindados de transporte de personal y rifles a Etiopía.
La Unión Soviética era desde hace años el principal suministrador de armas de Somalia, pero a principios de año también comenzó a enviar suministros militares a Etiopía. Cuando estalló el conflicto del Ogaden, Moscú acusó a Somalia de encender la lucha.
Fuentes diplomáticas dicen que la declaración del embajador soviético podría provocar el principio de la retirada de los aproximadamente 6.000 asesores soviéticos que aún permanecen en Somalia, pese al deterioro progresivo de las relaciones entre ambos países.
El Gobierno etíope ha emitido comunicados en los que asegura que sus tropas, milicias y policía, han dado muerte a casi seiscientos insurgentes somalíes en los recientes combates librados en Ogaden.
Por su parte, el Frente de Liberación de Somalia Occidental en su diario Danab, también confirma que continúan los choques alrededor de la estratégica ciudad de Harar. El diario dice que los guerrilleros, que aseguran controlar ya más del 90% del Ogaden.
Conflictos internos en Etiopía
En cuanto a la situación interior etíope, el Gobierno militar de Etiopía emitió ayer un llamamiento a la población para que luche contra la anarquía interna, diciendo que se están saboteando las fábricas, cerrando escuelas y que grandes cantidades de cosechas se están dejando pudrir por los enemigos de la revolución del pueblo, que dura ya cuatro años.
Un comunicado emitido por el consejo administrativo militar provisional, en el poder, pintaba un raro y revelador retrato de la agitación interna del país, al tiempo que libra guerras contra secesionistas en el norte y somalíes que avanzan al este y sur.
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