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En libertad cinco rehenes del avión japonés secuestrado

Los cinco guerrilleros del Ejército Rojo que tienen secuestrado un DC-8 de la compañía japonesa Japan Air Lines con 151 rehenes a bordo, en el aeropuerto de Dacca, pusieron ayer en libertad a cinco de estos rehenes, al aceptar el Gobierno de Tokio las exigencias de los secuestradores de poner en libertad a nueve terroristas detenidos en Japón y concederles seis millones de dólares

De todas formas, los guerrilleros no accedieron a liberar a ningún rehén más hasta que se tuvieran noticias exactas de que los nueve excarcelados se encontrasen camino de la capital de Bangladesh, algo que se ha complicado en las últimas horas. Según una información procedente de Tokio, uno de los presos se ha negado a salir de la cárcel. El abogado del detenido, Toshio Omura, declaró que su patrocinado no tenía intención de reunirse con los secuestradores en Dacca, por cuanto no compartía sus puntos de vista. El abogado añadió que mientras los guerrilleros del Ejército Rojo que han llevado a cabo el secuestro eran partidarios de la «revolución política", Omura estaba por la «revolución social». Omura, expulsado de Canadá, está acusado de llevar un ataque con bombas contra un cuartel de la policía en 1.969.Los primeros cinco rehenes liberados fueron un matrimonio norteamericano, una pareja hindú y un niño. Nada más dejarles salir del avión los secuestradores informaron que dejarían en libertada un número mayor de personas, sin que en el momento de cerrar esta edición se tenga conocimiento de nuevas liberaciones.

Asimismo, las autoridades aeroportuarias de Dacca han informado que los guerrilleros del Ejército Rójo han demostrado inquietud en las últimas horas, preguntando en varias ocasiones a la torre de control del aeropuerto cuáles eran las noticias sobre los riueves japoneses que debían ser liberados.

También se comentó en Dacca que los cinco guerrilleros habían colocado explosivos en el interior de la cabina de pilotaje del avión.

En mensajes posteriores, los secuestradores anunciaron que dejarían en libertad, en Dacca, a las mujeres, niños y ciudadanos paquistaníes y partirían con destino desconocido, dejando en sucesivas escalas al resto de los rehenes.

A pesar de que los cinco pasajeros liberados no han fomentado exhaustivamente las incidencias del secuestro y la actividad en el interior del aparato estacionado en el aeropuerto de Dacca, el señor Wells, uno de los rehenes en libertad, confesó que, poco después de despegar de Bombay, los cinco secuestradores, con granadas de mano, amenazaron a los pasajeros obligándoles a arrojar todos sus relojes a un cesto, y a permanecer con las manos en la nuca mientras se llevaba a cabo el secuestro del DC-8 de JAL.

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Entretanto, las llamadas a que se respeten las vidas de los rehenes se han sucedido. El primer ministro japonés, Takeo Fukuda, declaró que «una vida humana pesa más que el mundo entero», justificando con ello la actitud de su Gobierno de aceptar las propuestas de los secuestradores.También un congresista norteamericano ha alertado sobre la vida de un pasajero,presumiblemente judío y amigo personal del presidente Carter, llamado John Gabriel, y a quien habían amenazado los secuestradores con quitarle la vida.

A lo largo de todo el día de ayer se sirvieron alimentos a los rehenes y agua, previamente cocida, por deseo de los secuestradores, para evitar un brote de cólera en el aparato.

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