Rechazada la candidatura de una diputada inglesa por declararse lesbiana
Dos diputados británicos han visto en peligro sus candidaturas parlamentarias por circunstancias relacionadas con su vida privada. Uno de ellos, la diputada laborista Maureen Colquhoun, la ha perdido ya. El ejecutivo de la circunscripción que representa alega que sus puntos de vista sobre el racismo están en contra de la línea general del partido y que por tanto ya no merece la confianza de sus electores.La razón parece ser otra. Maureen Colquhoun, miembro del grupo Tribune, a la izquierda del Partido Laborista, dejó su vida matrimonial en 1974, cuando llegó al Parlamento y se fue a vivir con la directora de Sappito, una revista para lesbianas. Desde entonces, la señora Colquhoun no ha negado su homosexualidad. Cuando los ejecutivos de su circunscripción votaron contra su candidatura para las próximas elecciones, ella repitió que se hallaba orgullosa de su vida privada y creía que era su homosexualidad la que perturbaba a sus oponentes.
Otro diputado, acusado de excesiva galantería, ha podido retener la confianza de sus representados. Es Norman Scott, uno de los parlamentarlos más progresistas del Partido Conservador. Desde 1974 representa al barrio de Chelsea.
Antes de que se registrara la votación contra la señora Colquhoun, una comentarista del Guardian, el diario liberal, había señalado: «Si la echan, será un final vergonzoso para su breve cartera. Pienso que, cualquiera que sea la razón política que se aduzca para expulsarla, lo que realmente habrá ganado cuando Maureen Colquhoun sea derrotada será el prejuicio que existe contra el lesbianismo.»
«Soy homosexual y me hallo muy feliz de que alguien me ame tal como soy. Estoy asombrada de la hipocresía y del prejuicio de mis oponentes. Mi sexualidad no tiene nada que ver con mi capacidad para llevar adelante mis tareas como diputado del Parlamento», han sido las últimas palabras de una Maureen Colquhoun que se cree atrapada por las reminiscencias de la Inglaterra victoriana, una época en que no se legisló contra las lesbianas porque parecía imposible que esas personas pudieran existir.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.