La frigidez femenina
Doña Pilar Tablado se sorprende de que tanto la homosexualidad como la frigidez femenina se consideren como problemas sexuales y que se les aplique, como tal, un tratamiento en nuestro gabinete sicoterapéutico. La autora podía haberse ahorrado su ironía, extremismos, deducciones infundadas y ridículas comparaciones de haberse informado antes sobre nuestro trabajo. también podía haberse librado de caer en inexactitudes técnicas y conceptuales de haber utilizado luna terminología más actual. Parte de una definición de frigidez sólo admitida por un corto número de científicos, así como de una distinción artificial y desacreditada entre orgasmo clitórico y orgasmo vaginal, definición de escaso valor clínico y únicamente seguida por determinadas Concepciones sicoanalíticas.Al hablar de frigidez femenina no la limitamos a la falta de orgasmo vaginal, como comportamiento sexual en función exclusiva de una mayor satisfacción varonil. Nos referimos a todo tipo de disfunción o impotencia orgásmica, así como a la incapacidad o dificultad de estimulación y de excitación sexual en la mujer.
Ni somos freudianos ni consideramos que la sexualidad femenina ha de estar en función exclusiva del pene, o que la mujer ha de amoldarse a las apetencias sexuales del hombre, reduciendo su razón de ser a la satisfacción varonil.
No obstante, la frigidez femenina es un problema y probablemente lo seguirá siendo durante muchos años en nuestra sociedad. Es un problema para el hombre -del mismo modo que la impotencia y la eyaculación precoz del varón son, en muchos casos, un problema sexual para la hembra-, y es también un problema para muchas mujeres conscientes de su sexualidad y que luchan por su autonomía sexual (aunque no les guste o pretendan olvidarlo ciertas tendencias narcisistas). Según nuestra experiencia clínica, la frigidez femenina constituye, en muchos casos, un verdadero problema, no tanto por el hecho de no poder la mujer prescindir de una. satisfacción u orgasmo vaginal cuanto -debido a factores socioculturales y religiosos- no haber alcanzado un desarrollo que les permita gozar libremente su sexualidad.
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