Discrepancias en el seno del Partido Conservador británico

El Partido Conservador cuyo liderazgo se ha asociado en Gran Bretaña con el Centro Democrático de Adolfo Suárez, padece ahora una grave crisis interna. Dos ministros del «gabinete fantasma» de Margaret Thatcher han polemizado en público sobre sus diferentes apreciaciones de lo que han de ser las relaciones de un gobierno tory con los sindicatos.Los dos ministros representan la izquierda y la derecha del conservadurismo. Uno es Sir Keith Joseph, portavoz para Asuntos Industriales y el principal consejero político de la señora Thatcher. Su tendencia es extremadamente conservadora. James Prior, el otro portavoz implicado, es responsable de los temas de empleo y representa en el «gabinete fantasma» las ideas progresistas del grupo de Edward Heath, el antiguo líder de los tories, y ex primer ministro.

El tema que ha dividido a ambos es el de la obligatoriedad de la sindicación de los trabajadores empleados en empresas donde existe un sindicato al que la mayoría se halla afiliado. Sir Keith quisiera ver abolida la ley Laborista, que establece esa obligatoriedad. James Prior la considera necesaria. El debate tiene como base la disputa que existe en una empresa fotográfica londinense, que se niega a reconocer aun sindicato que trató de formarse en la factoría.

El apoyo al sindicato implicado es vital para el Partido Conservador si quiere convencer a las Trade Unions de que en efecto quiere trabajar en paz con ellos cuando los tories formen una nueva Administración. En 1974 el Gobierno de Heath tuvo que ser desmantelado porque su entendimiento con los sindicatos resultó imposible. Desde que fue elegida líder del partido, Margaret Thatcher trató de salvar esas diferencias nombrando a James Prior responsable de mejorar esas relaciones.