_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Atlético ya tiene ministro de repuesto

Nos hemos pasado la vida diciendo que el Madrid era el equipo del régimen, el equipo gubernamental, y resulta que el único club que siempre tiene un ministro a quien llevar al palco es el Atlético. En la pasada temporada tomaban asiento, junto a Calderón, Enrique de la Mata, que era de la casa, y Andrés Reguera que había huido de la Casa Blanca. Nacho Camuñas es el ministro de repuesto que se ha encontrado Vicente Calderón. Con Nacho Camuñas estaba el domingo en el palco su hermano Gabriel. Dos hombres que aspiraban a ser directivos rojiblancos ya están en el palco gracias a eso del pim pam pum de las Cortes.El palco del Calderón el domingo fue un auténtico desmadre. Había personal en mangas de camisa, sin corbata, o sea, sin el uniforme de respeto que antes era obligatorio. Y es que antes todo era más serio y ceremonioso.

Nos hemos pasado la vida diciendo lo del Madrid y hablando del opio del pueblo. Había gente que soñaba con la llegada de la democracia. entre otras cosas, para que se acabara el fútbol. La democracia ha venido, nadie sabe cómo ha sido, y lo del opio no hay forma de combatirlo. El domingo, en el Manzanares, lleno, y en el Helmántico, donde televisaba el partido Salamanca-Madrid, lleno. A lo que se ve a los españoles nos va el opio del pueblo tanto como a los ingleses, los alemanes, los holandeses y demás gentes que son europeas desde mucho antes de que don Laureano López Rodó nos hablara del paraiso comunitario.

Decía en cierta ocasión el filósofo Bernabéu -que por cierto parece que no está tan enfermo como algún aspirante a la presidencia madridista imaginaba- que hasta un paralítico hace un esfuerzo para darle una patada a una pelota cuando pasa por delante de su silla de ruedas, y parece que la cosa es verdad. En todo el mundo se calientan la cabeza por inventar tácticas y estrategias futbolísticas. Lo malo de los españoles es que a nivel deportivo únicamente nos emocionamos con el fútbol. Dicen que ahora andan iniciándose en este opio los norteamericanos y, por esa debilidad que sienten por la historia, porque ellos no la tienen, aunque se han empeñado en hacerla en todas partes, quieren conservar a O Rei Pelé como sea. En Estados Unidos las dos grandes figuras del momento son O Rei y el kaiser Franz. Todo parece indicar, sin embargo, que por mucho que se empeñen los directivos del Cosmos, la natación, el atletismo, el baloncesto y el resto de las disciplinas olímpicas seguirán teniendo un puesto en primera fila.

Estábamos, decía yo, esperando la democracia para instaurar las autonomías, tirar de la manta para poner las cosas en claro y dejar el fútbol al margen; pero ha sido dar el toque de rebato liguero y ya los personajes del tinglado futbolero comienzan a recuperar el terreno perdido en el tiempo vacacional.

La enfermedad de Bernabéu ha conmovido las estructuras del país. En Barcelona, la decisión de Montal de no presentarse a la reelección ha puesto en marcha tantos mecanismos, como pondrán las municipales. Montal había hablado de ir al final de la Liga a la plaza de Sant Jaume a ofrecerle el título al presidente de la Generalitat y ahora tenía la ocasión de mantenerse en la presidencia a base del sufragio universal. Digo yo que, a lo mejor, le ha tomado miedo a lo del sufragio a la vista de que ni siquiera el 1.300.000 votos de Josep Benet han servido de gran cosa. Además, Montal sabe que a Madrid se puede venir a negociar lo de la Generalitat, pero no se puede ni siquiera entrar en conversaciones para un título de Liga. Que en este país han cambiado muchas cosas, pero no todas, y en la Casa Blanca todavía está Bernabéu, y éste es capaz de armar la marimorena en cuanto se huela un decreto liguero.

La decisión de Montal le ha puesto las cosas en bandeja a Jordi Pujol, porque todo hace pensar que será uno de sus hombres quien tomará el relevo en La Masía. Tarradellas, en la plaza de San Jaume, Pero Jordi, en La Masía, y hay que pensárselo dos veces antes de inclinarse por cuál de los dos edificios es más importante.

La prueba de la importancia de este tema nos la da el presidente del Español, señor Meler, que para no ser menos que Montal ha convocado a sus socios para el próximo domingo en la celebración de La Diada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_