¿Morir en huelga de hambre?
«Hace años que un político hizo la pregunta de si a una persona en huelga de hambre, que esté en pleno poder de sus facultades mentales y totalmente decidido a llegar al suicidio, no se le debería dejar hacer su voluntad, en lugar de impedírselo con la humillante y no siempre inofensiva alimentación forzosa. ¿Modifica algo el que el autor de la pregunta fuera el político Carstens del CDU (Unión Cristiano Demócrata)? in cualquier caso, ello le supuso que le tacharan de fascistoide. Desde entonces muchos han vuelto a recapacitar. (...) Cada vez son más las personas que abogan por el «modelo británico», consistente en un ofrecimiento periódico de alimentos. Este método, sería con certeza más digno que la alimentación, de la que sólo se pueden escuchar detalles con verdaderos estremecimientos de horror. Pero todavía quedan preguntas en la zona intermedia entre el respeto a la libertad de la voluntad ajena y el deber de proteger la vida; entre otras la de hasta qué punto se pueden considerar en buen estado las facultades mentales de una persona que raya la muerte, a causa del hambre. (...)En estos momeritos la discusión sobre el tipo de leyes a emplear provoca confusionismo, ya que el problema de la voluntad de suicidio desvía la atención de la verdadera finalidad: el, o los, dirigentes que condenan a los prisioneros a la huelga de hambre, no buscan su muerte. Confían en forzar al Estado a diversas concesiones. Por supuesto que un accidente en el intento de alimentación forzosa lo consideran propagandísticamente beneficioso y no lo ven mal como un refortalecimiento del método de lucha denominado huelga de hambre. Uno de los abogados ha anunciado: en las cárceles habrá una «masacre».
Hace un par de años es posible que el chantaje hubiera tenido éxito. Ahora todos sabemos: como en todos los chantajes, también en este caso ceder sería peor para todos. Hace un par de años la palabra masacre hubiera conmovido posiblemente a un sector indeterminado de ingenuos ciudadanos. Ahora todos saben que esta palabra oculta la verdad. Ya no quedan tierras vírgenes para fantasías de guerras civiles. La procreacion ideológica interna, encerrada en sí misma, de los grupos terroristas, desde hace tiempo meticulosos en su propaganda, ha perdido toda conexión con la realidad.
25 agosto
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