El juez Frank Johnson, nuevo jefe de la FBI norteamericana
Un juez del Estado de Alabama con un destacado historial como defensor de la integración racial y del movimiento de los derechos civiles, será el nuevo director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), según fue anunciado oficialmente ayer por el ministro de Justicia, Griffin Bell.
Con la designación, del juez federal Frank M. Johnson, de 58 años de edad y más de veinte en la magistratura, se pone fin al largo proceso de búsqueda de un director de la FBI que emprendió la Administración Carter a principios de este año. Johnson, que es amigo personal del ministro de Justicia, rechazó el puesto el pasado mes de enero, pero ahora cambió de opinión.Durante los últimos meses, un comité de nueve miembros nombrado por el presidente Carter estudió a más de 250 posibles candidatos para el cargo, entrevistó a cincuenta y, finalmente, recomendó cinco nombres para que el presidente eligiera entre ellos. Sin embargo, el nombre de Johnson no estaba en esta lista, y tanto Carter como el secretario de Justicia, Griffin Bell, prefirieron ofrecerle nuevamente el puesto, esta vez con resultados positivos.
El juez Johnson, cuyo nombramiento debe ser ratificado por el Congreso, tomará posesión de su cargo a principios del año que viene, cuando dimita el actual director de la FBI, Clarence KeIley. Este último, que había sido designado por Nixon hace casi -cuatro años, no dimitió cuando llegó al poder la nueva Administración demócrata como hubiese sido lo lógico, y anunció que pensaba permanecer al frente de la Oficina Federal de Investigación hasta que cumpliera cuatro años en la misma. Aunque Carter había criticado con dureza a Kelley en la campaña electoral, una vez en la Casa Blanca aceptó la decisión del director de la FBI y le mantuvo en su puesto mientras buscaba un sustituto.
Actividades ilegales
El nuevo director de la FBI llega a la Oficina en un momento en que la organización policíaca está sufriendo críticas constantes, especialmente desde que se descubrieron sus actividades ilegales contra ciudadanos norteamericanos y la persecución de que hizo objeto a los grupos radicales de izquierda y a los defensores del movimiento de los derechos civiles.Un agente de la FBI ha sido procesado por violación de correspondencia, y hay otras acusaciones pendientes. El Partido Socialista de los Trabajadores (trotskista), tiene presentada una demanda contra la FBI por allanamiento de sus locales, y pide más de treinta millones de dóláres por daños y perjuicios. El líder de los derechos civiles Martin Luther King, asesinado háce nueve años, fue una de las víctimas de la persecución de la FBI en los tiempos en que lo dirigía el todopoderoso Edgar Hoover.
Frank Johrison es republicano y fue nombrado juez federal en 1955 bajo la Administración Eisenhower. Su postura a favor de la integración racial en el estado sudista de Alabama le causó no pocos problemas. Hace diez años una bomba estalló en casa de su madre y en alguna ocasión el Ku Klux Klan dejó sus cruces ardiendo en la puerta de la casa de Johnson.
Un juez antirracista
Como juez de Montgomery, capital del estado, dictó sentencias contra la discriminación racial en los autobuses urbanos y citó a declarar por mandamiento judicial al gobernador del estado, el ultraconservador George Wallace. El presidente Nixon pensó en Johnson para nombrarle juez del Tribunal Supremo, pero los conservadores se opusieron al nombramiento acusándole de integracionista.Se espera que Carter encargue al juez Johnson una profunda reestructuración de la FBI y, especialmente, que impida cualquier tipo de actividades ilegales, del mismo modo que el almirante Stansfield Turner, designado por el presidente como director de la CIA, está llevando a cabo la reforma de los servicios de espionaje norteamericanos.
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