El 72 por ciento del presupuesto eclesiástico proviene del Estado
La dotación del Estado representa el 72 % de los ingresos que tiene actualmente la Iglesia en España, según datos que recoge la revista Fomento de la producción, en su último número de 15 de agosto.Un 7% de los ingresos actuales de la Iglesia, corresponde a las rentas patrimoniales y el resto a las aportaciones directas de los fieles. En el capítulo de gastos, el 77 % corresponde a gastos de personal; un 15 % a actividades pastorales; un 4% a instituciones eclesiásticas; un 3 % para colectas nacionales y el 1 % para conservación de templos y rectorías.
Todo parece indicar que el tema del presupuesto de la iglesia, con fondos de los contribuyentes será discutido ampliamente en las nuevas Cortes. En cualquier caso, la cifra es importante. Según un estudio firmado por Juan Antonio Monroy en la revista Restauración del pasado mes de enero, la última subida salarial de los sacerdotes, con aplicación desde el mes de enero de 1977, suponía un incremento del 300 %. Dicho con datos: los curas pasaron a cobrar, teóricamente, 15.400 pesetas mensuales, en lugar de las teóricas 5.000 que venían percibiendo hasta la fecha. El carácter discutible de estas asignaciones radica en las diferencias conceptuales que parecen existir entre la Iglesia y el Estado a la hora de desglosar las partidas presupuestarias: el Estado asigna una cantidad de 15.400 pesetas mensuales -más dos pagas extraordinarias- por «pieza dotada», término técnico que quiere indicar los cargos eclesiásticos, sin embargo, parece existir una inadecuación entre los salarios distribuidos, que son 35.966, y el número de los que pueden ser clasificados como asalariados por cuenta del Estado, que podrían ser fijados en 35.026 sacerdotes, si se suman las cantidades que desde prelados a capellanes de monjas de clausura, publica la revista Ecclesia, del 10 de julio de 1976.
La Iglesia española tiende a un aggiornamiento cada vez más evidente, sin embargo, en el aspecto económico, las prisas por resolver la actual dependencia estatal no parecen ser excesivas. En la reunión de la Comisión Permanente del Episcopado español, celebrada a finales del pasado mes de abril, se facilitó una nota oficial en la que, entre otras cosas, se decía que «los estudios hechos hasta aquí confirman, por una parte, la necesidad de que actualmente continúe la dotación estatal y, de otra, la importancia de la entrega global de esa dotación a la Iglesia, para garantizar su plena autonomía en la administración de estos recursos económicos», lo que contrasta claramente con las diversas declaracion es que algunos de nuestros prelados realizó, no ha mucho tiempo. Así, el cardenal Tarancón declaraba el 29 de noviembre de 1976: «Nuestro país no tendrá ningún problema a la hora de firmar el nuevo Concordato, toda vez que la Iglesia renuncia a todos los privilegios», lo que, al parecer, todavía no se ha convertido en una realidad.
Sólo en concepto de asignaciones a «piezas dotadas» la cantidad que todos los contribuyentes de este.país dedican al clero católico, asciende a más de 646 millones de pesetas mensuales, es decir, veintiún millones de pesetas diarias. A ello habría que añadir las cantidades que percibe por otros conceptos, desde sostenimiento económico del culto, a las subvenciones paralelas -a la enseñanza privada -feudo tradicional de la Iglesia-. Un tema que se debatirá pronto y en el que, necesariamente, habrá que adecuar la ayuda a los nuevos tiempos: es decir, habrá que preguntar a los españoles si desean continuar subvencionando al clero.
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