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Mayor sobriedad de costumbres

El subsecretario de Cultura y Bienestar acaba de señalar que una de las metas de su departamento tiene que consistir en acciones que hagan posible el surgimiento en nuestro pa.,s de-nuevas «pautas de consumo». La situación económica y social lo está exigiendo ya desde hace bastante tiempo, y esa profunda transformación en las costumbres, en nuestra opinión, no puede lograrse sólo con dísposiciones legales desde el Boletín Oficial. del Estado, porque supone una transformación mental, a través de una acción cultural concreta, que fructifique en convicciones personales y familiares, sin que esto quiera decir que el proceso no deba ir acompañado por coherentes cambios en la estructura social y económica.Atravesamos unos momentos en que una demagogia fácil quiere afianzar la impresión de que todos nuestros males provienen del régimen franquista en trance de ser sustituido.*( ... )

Con Franco o sin Franco esas dificultades que ahora nos agobian, y las que vendrán en los próximos años, nos están' pidiendo u.na adaptación a la que, como conjunto ciudadano, nos estamos resistiendo. ( ... )

Baste saber que, en una reciente encuesta en los nueve países de la Comunidad Económica Europea, más de la mitad de los encuestados han admitido claramente que deben imponerse restriccione s en el consumo. ( ... )

El problema es más complejo entre nosotros, porque queda mucho que hacer para reducir diferencias en la distribución de la renta y porque hay todavía muchas familias en las que una llamada a restringir el consumo innecesario carecería de sentido porque poco tienen que restringir. Pero, por la impresión general que se percibe, en nuestras calles y en nuestros centros de trabajo, son muchos losque ven claro, sin necesidad de complicadas estadísticas, que necesitamos trabajar más y dejarnos de esa pretensión inútil, que antes o después pagaremos a la fuerza, de vivir y consumir por encima de nuestras posibilidades en lugar de apoyar el hombro para aumentar el índice de nuestra productividad. Defendemos, cómo no, todas las exigencias de lajusticia social, pero ese intento sería inútil si no pujamos al mismo tiempo por una mayor sobriedad de costumbres y por una llamada al trabajo.

12 agosto

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