El rector responde a Umbral
Soy un gustoso y atento lector de Umbral. Aprecio su estilo y aplaudo su intención de ayudar al necesario cambio de mentalidad de los españolitos.Pero el pasado día 9 me he llevado una gran decepción con su cotidiano artículo en EL PAIS. Dos disgustos, en realidad. Uno, por el mal trato que injustamente da a don Antonio Ruiz de Elvira, digno decano de nuestra Facultad de Filología, y otro por el empentón que, con no menos injusticia, dedica a esta Universidad.
Por lo que yo sé, la exclusión de Umbral de unos cursos sobre literatura no fue obra del doctor Ruiz de Elvira, sino decisión conjunta de los tres decanos encargados de su organización. No le excluyeron por su «frivolidad», sino por su profesionalidad no académica, sin que ello suponga menosprecio, como es natural. Creo, pues, que le han informado mal.Me parece conveniente hacer saber que el doctor Ruiz de Elvira, que es decano por elección, lleva su cargo y cátedra contacto y competencia ejemplares, precisamente en una Facultad muy herida por pretericiones e intransigencias propias de los años pasados. Ha acertado a ser decano de todos, y su buen estilo y clara comprensión de los problemas han sido decisivos para que el cu.rso que ahora acaba haya transcurrido en su Facultad con un grado de aprovechamiento desconocido desde hace mucho tiempo. Sé también que en lasjuntas de esa Facultad ha conseguido que prospere la deliberación el diálogo, y ha acabado con crónicos enfrentamientos de impropio estilo. Su comportamiento en la junta de gobierno -que presido como rector- es igualmente digno, laborióso y constructivo.
En cuanto a susjuicios sobre esta Complutense... ¿Sabe que es de las pocas Universidades españolas que consiguió resistirse a dar el doctorado honoris causa al dictador? ¿Sabe usted que sólo de ella salió una protesta escrita, en Cuadernos para el Diálogo, que firmamos 31 catedráticos «complutenses», cuando el Gobierno castigó a nuestros Colegas Aranguren, García Calvo, Aguilar, Montero y Tierno, éste de Salamanca? Cierto que por la Complutense no han pasado sin huella los cuarenta años orgánicos, pero ¿por dónde no?
Admitida la buena fe del señor Umbral, ¿por qué no nos ayuda a reparar los deterioros, en vez de intentar un vapuleo gratuito que tiene el dudoso gusto de estar inspirado en una cuestión personal y en la malintencionada información que ha recibido? Ni lo uno ni lo otro debieran haber movido una pluma como la suya a tratar de denigrar a un hombre honrado ni a menospreciar a una institución que está haciendo mucho más de lo que el señor Umbral sabe y supone, para recobrar la normalidad.que nuncatuvo.
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