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Llamamiento a la unidad de la izquierda en el "Día da Patria Galega"

Por primera vez después de la guerra civil, Galicia volvió a celebrar con relativo ambiente multitudinarlo su Día da Patria. Más de 15.000 personas se manifestaron en dos ocasiones distintas, y recorrieron durante la mañana de ayer las calles de Santiago, con aplausos de algunas personas que estaban en las terrazas, y sin ningún tipo de incidentes.

La primera manifestación reunió a la gente convocada por el Bloque Nacional Popular Galego (ANPG y UPG), alrededor de 10.000 personas que habían llegado en autobuses y turismos desde todos los puntos de Galicia. En principio, la manifestación estaba prohibida, pero la policía sólo intervino en las proximidades de la plaza del Obradoiro para impedir que entrasen en ella los manifestantes.La casi totalidad de los dirigentes de la Unión do Pobo Galego con su secretaria general, Elvira Souto, al frente, figuraban en la cabeza de la manifestación, a la que también se sumó el ala recientemente escindida del partido, y encabezada por Camilo Nogueira. Los disidentes de Xosé Luis Méndez Ferrín celebraron también el Dia da Patria Galega y repartieron numerosa propaganda de lo que ellos consideran la verdadera UPG. A media tarde, seguidores de los coroneles (seguidores de Elvira Souto) y partidarios de Méndez Ferrín protagonizaron una estruendosa pelea en la cafetería Verdi. Varios escindidos fueron agredidos por los oficiales.

Por otra parte, unas 3.000 personas asistieron a la concentración unitaria convocada por la Asamblea Popular Galega, el Partido Socialista Galego, el Partido Carlista Galego, el Movemento Comunista de Galicia, la Organización Revolucionaria de Trabajadores y el Partido del Trabajo. En ese acto intervinieron el poeta Celso Emilio Ferreiro, el ex capitán Xosé Fortes, e periodista José Antonio Gaciño y el profesor y poeta Fermín Bouza, así como los cantantes Bibiano Jei Noguerol y Antón Casal. Los cuatro oradores resaltaron la perentoria necesidad de que la izquierda gallega consiga la unidad cuanto antes, y se pronunciaron a favor del autogobierno y la autodeterminación de Galicia. Sólo el Partido del Trabajo y la ORT mostraron pancartas que pedían estatuto de autonomía.

Al terminar esta concentración se produjo una nueva manifestación, en la que participaron alrededor de 5.000 personas, y que también recorrió las calles céntricas de la ciudad sin intervención policial. La tradicional misa por Rosalía de Castro tuvo lugar, como todos los años, en la iglesia de Santo Domingo y, finalmente, en los jardines de este convento el Bloque Nacional Popular Galego celebró una fiesta popular, en la que volvieron a estar presentes las banderas gallegas con la estrella roja, enseñas de la UPG, anarquistas y de otros partidos políticos.

La ciudad tuvo así un día de efervescencia nacionalista que no se recuerda desde 1935, en que se celebró el último día de Galicia en libertad. Desde 1920, fecha en que nació esta celebración, el 25 de julio se fue reafirmando como día nacional gallego. Durante los años del franquismo sufrió dura represión, y sólo en 1976 consiguió nuevamente estar en la calle con cierta fuerza. Actualmente, divide de algún modo las opiniones políticas de la misma izquierda y, de hecho, no fue posible la inicial intención de que se llegase a una celebración conjunta este año. Las dificultades puestas por el PSOE y por el Partido Comunista, por un lado, y por la UPG, por otro, acabaron por dividir a la izquierda ante este 25 de julio en tres grandes posiciones: el Bloque, que se manifestó por su cuenta; los unitarios, por otra, y el PSOE y el PCG, que no hicieron nada. Hay que anotar, sin embargo, que algunas federaciones locales del PSOE se sumaron a última hora a la concentración unitaria y algunos de sus líderes estuvieron incluso al frente de la manifestación.

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