Los GRAPO "tomaron" Radio Madrid para difundir un comunicado
Un intento, frustrado por la técnica, de emitir una cinta con un mensaje y la amenaza de voladura del centro emisor de Radio Madrid en Pozuelo de Alarcón ha sido el balance de un día especialmente movido para nuestros colegas de la Sociedad Española deRadiodifusión. Los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) secuestraron a un técnico a punta de pistola y le obligaron a poner en el magnetófono la cinta grabada del mensaje, que salió al aire a doble velocidad.Después, cerca de nueve kilos de goma-2 -explosivo de alta concentración de nitroglicerina- estuvieron a punto de acabar con las instalaciones técnicas de Radio Madrid. La Guardia Civil consiguió desactivarlos a tiempo. Félix Bayón ha cubierto la noticia.
Mario Frigenti, técnico de Radio Madrid, de la cadena SER, libraba ay er, día festivo, en su trabajo. Mientras se preparaba a bajar a la calle para dar un paseo con sus dos hijos menores -una chica y un chico de nueve y cuatro años de edad-, cuatro jóvenes -dos hombres y dos mujeres- llamaban a la puerta. Eran las diez y diez de la mañana. Según parece, hacía dos horas que esperaban abajo. Habitualmente, Mario Frigenti deja su casa -en La Elipa- a las ocho, para marchar hasta el emisor de Pozuelo que él mismo instaló y donde trabaja todos los días.Pistola en mano, a pesar de la resistencia de Marlo Frigenti, lograron entrar en la casa. Dos de ellos -un chico y una chica de veinte a veinticuatro años, él vestido con pantalones de pana beige, cazadora azul y zapatos de lona, y ella con un pañuelo en la cabeza quedarían en la casa hasta que más tarde recibieron una llamada indicando que la acción prevista había acabado.Antes, Mario Frigenti conduciría bajo amenazas, en su propio coche, a los otros dos integrantes del comando. Por la M-30 llegaron hasta la emisora de Radio Madrid, situada en la carretera que une Prado del Rey con Pozuelo. Habitualmente, la emisora se encuentra custodiada por un conserje, su mujer y un joven perro que dormita apaciblemente en una caseta a la izquierda del jardín.
Durante el trayecto, el coche del señor Frigenti era seguido por uno o dos vehículos más. Al parecer, un Seat 127 robado y un Ford Fiesta, cuya matrícula no ha sido posible averiguar. Una vez dentro del recinto de la emisora, y ya en la sala en la que se encuentran los aparatos, el señor Frigenti fue obligado a girarse contra la pared, mientras los dos integrantes del comando que le habían acompañado en el coche disponían 59 paquetes de 150 gramos cada uno de goma dos, que habían sacado en una maleta de uno de los coches que le acompañaban.
Los dos jóvenes -que ya en ese momento se habían identificado como pertenecientes a los GRAPO- parecían muy nerviosos. «Estaban quizá más asustados todavía que yo:», nos manifestaría posteriormente Mario Frigenti.
Mientras depositaban los paquetes de goma dos en el suelo, al lado de los dos emisores y del ampificador que lanzan a las ondas los programas de Radio Madrid, en onda media, exigieron que Frigenti pasara por el magnetófono de emergencia un comunicado que llevaban ya grabado.
El magnetófono de emergencia, que se utiliza normalmente en el supuesto de que suceda una avería en los estudios centrales, posee sólo las velocidades utilizadas en las emisoras de radio, más rápidas que las de los magnetófonos de aficionados. El joven grapo le dio al señor Frigenti la cinta: «Dura treinta minutos», le dijo. «No sé si realmente duraba tanto -nos aclararía posteriormente el señor Frigenti-, hubo que pasarla a más velocidad de la grabada (no había otra) y parecía el pato Donald.»
Un lector de EL PAIS pudo grabar la emisión, que nosotros pudimos posteriormente reconstruir. El mensaje estaba leído por una voz masculina joven, nerviosa, mal modulada y con abundantes confusiones, Es de suponer que, Incluso aunque no hubiera habido problemas con la velocidad de reproducción del magnetófono, la calidad de emisión hubiera sido bastante fIoja. El comunicado, hecho en nombre de los GRAPO; Juventudes Antifascistas; Grupos de Intelectuales, Pueblo y Cultura; Partido Comunista de España reconstituido y Organización Democrática de Estudiantes Antifaseista, posee en su contenido buena parte de lo habitual en los comunicados de los GRAPO. Como, por ejemplo: «Compañeros, halamos del 18 de julio un día de luto por la liberación de los presos políticos, para el regreso de los exiliados, por la mejoría de las condiciones de vida, por la conquista de las libertades populares. Contra el régimen fascista, destruyamos su bandera, alcemos la gloriosa bandera de la república popular. Abajo el fascismo, el monopolismo y adelante el movimiento de la clase obrera.»
Al ser escuchado en los estudios centrales de Radio Madrid este comunicado -que al ser transmitido a mayor velocidad, era casi ininteligible-, fue cortada la emisión por onda media, continuando en frecuencia modulada, onda ésta que tiene el equipo emisor en los mismos locales que los estudios.
Mario Frigenti y el conserje serían llevados como rehenes y conducidos hasta las inmediaciones de la Ermita del Santo.
Poco después llegarían la Guardia Civil, Policía Armada y funcionarios del Cuerpo Superior de Policía, avisados desde los estudios de la SER. Dos especialistas de la Policía Armada se dispondrían a desconectar los 59 paquetes de goma dos, con la marca de Explosivos Ríotinto, que se hallaban aplicados a un mecanismo de relojería que se activaria quince minutos después.
Ya por la tarde, mientras Mario Frigenti hacía su declaración ante la policía -todavía nervioso, después de que los grapos no cumplieran sus promesas de dejarlo atado junto a las cargas explosivas-, algunos grupos políticos de izquierdas emitían comunicados. El Partido del Trabajo de España acusaba a los G RAPO de ser una organización «manejada, sin duda, por servicios secretos internacionales y la ultraderecha española».
Por su parte, los trabajadores de Radio Madrid hacían pública una «carta abierta a quienes hayan sido», y en ella se preguntaban: «¿A quiénes les interesa hacer callar nuestras voces?»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.