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Los siderúrgicos europeos reclaman medidas contra el acero español

«La devaluación de la peseta es una prima de agresividad para la siderurgia española», titula el diario bruselense Le Soir, en un comentario dedicado a la situación del sector siderúrgico europeo. El articulista cita las últimas cifras de progresión de la entrada de acero español en Europa. Añade que la devaluación es un freno para las ventas de acero comunitario a España.En 1974 España vendió 35.000 toneladas de productos siderúrgicos a la CEE. Actualmente las ventas son de 65.000 a 70.000 toneladas mensuales.

El «plan anticrisis» estructurado por la Comisión Europea para activar el sector siderúrgico de la CEE prevé una serie de medidas de protección contra países terceros. Japón es el principal exportador al que la CEE quiere someter a medidas de «autolimitación». También España, junto con Africa del Sur y Países del Este, están en la lista de países con los cuales la CEE negocia discretamente una moderación de exportaciones.

Es lógico que la devaluación de la peseta inquiete a los medios siderúrgicos de la CEE y de otros sectores (textil, calzado, muebles, juguetes, papel, electromecánica), ya que representa una rebaja en los precios del 20 al 25 % para los productos «made in Spain».

Algunos expertos de la CEE consideran que la competitividad de los productos españoles, aumentada gracias a la devaluación, puede provocar nuevas tendencias proteccionistas en países de la CEE, principalmente en Francia, hacia donde se dirige gran parte de la exportación industrial hispana.

Recuerdan en Bruselas que los primeros en falsear las reglas de mercado, dejando caer su moneda, son Estados Unidos y Gran Bretaña. Temen que el ejemplo sea seguido por otros países y que las consecuencias finales sean un incremento de la espiral proteccionista, contraria a todo principio serio para combatir la crisis económica internacional.

El peligro de una vuelta al proteccionismo en el mundo tiene ejemplos casi a diario. La CEE, según sus dirigentes, quiere evitar caer en la tentación proteccionista, lo cual no impide que algunos países (Francia dio el ejemplo en el sector textil) dicten medidas «nacionales» de protección que pronto serían adaptadas a escala comunitaria, para tranquilidad de otros Estados.

Etienne Davignon, miembro de la Comisión Europea responsable del sector siderúrgico y autor de su «plan anticrisis», advierte que si la CEE renuncia poco a poco a su vocación «librecambista» conseguirá once millones de parados, en vez de los cinco millones actuales.

Nadie olvida en Bruselas que cualquier Estado puede también. tomar medidas de retorsión contra las importaciones originarias en la CEE. España lo ha hecho ya, con el gravamen suplementario del 20 al 25 % que suponen las importaciones originarias de la CEE.

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